jueves, 22 de octubre de 2009

MARCOS DEL PROYECTO DE VIDA

5 MARCOS
1. Marco Situacional. Jesús miró hacia atrás y vio que lo seguían. Ellos le preguntaron: "Maestro, ¿dónde vives?". Jesús les respondió: "Vengan y lo verán". (Jn 1,38-39) Descripción geografica de su vivienda, barrio, dirección etc.
2. Marco Historico. Desde el seno de tu madre, Yo te escogí. Tú eres mío. (Sal 139)Es propiamente una autobiografía detallada de su vida.
3. Marco Doctrinal. Mi testimonio es válido, porque sé de dónde vengo y hacia dónde voy. (Jn 5,31). Es una serie de definiciones que enmarcan teoricamente nuestro trabajo.
4. Diagnostico de Vida. El Espíritu del Señor me consagró para llevar la Buena Nueva a los pobres, a los cautivos la liberación, y proclamar un año de gracia del Señor. (LC 4,16-21). Responder una serie de preguntas que analizan nuestra realidad de vida hoy.
5. Marco Operativo. Todos eran unidos, vendían lo que tenían y compartían todo en común. (Hch 2,44-46). Son acciones concretas para realizar nuestro Proyecto de vida.

OJO
La evaluación Bimestral será la entrega de un CD con 2 Archivos WORD y POWER POINT.
con minímo 30 Diapositivas.

MARCO DOCTRINAL.

Para desarrollar esta parte estos son los terminos a definir y colocar la bibliografía de investigación.

1. ¿Quién es Jesús ?
2. ¿Qué es el Reino de Dios ?
3. ¿Cómo debe ser la nueva persona humana?
4. proyecto de nueva sociedad? (En los aspectos político, social, económico, cultural...).
5. Importancia de Pasado, Presente, Futuro.

6. Vida Trascendental.


7. Opción de vida.


8. Vocación.

PREGUNTAS PARA DESARROLLO DEL DIAGNOSTICO PERSONAL

CUESTIONARIO DIAGNOSTICO PERSONAL

Las respuestas a las preguntas que a continuación leerás tienen por objeto brindarte un material en el que puede basarse para realizar Tu Dignostico Personal.
1. ¿Qué cosas quiero tener (posesiones)
2. ¿Qué cosas quiero hacer (experiencias)?
3. ¿Qué quiero ser (cualidades de carácter)?
4. ¿Cuáles creo yo que son mis mejores cualidades (físicas, sociales, espirituales, intelectuales)?
5. ¿Qué cualidades me atribuyen otras personas?
6. Cuando me imagino haciendo algo agradable, ¿qué es?.
7. Entre todas mis actividades ¿cuáles son las que me brindan una profunda satisfacción?
8. ¿Cuáles son las cualidades de carácter que más admiro en otras personas?.
9. ¿Cuáles fueron los momentos más felices de mi vida? ¿por qué?.
10. Si contara con el tiempo suficiente y con recursos ilimitados ¿Qué elegiría hacer?
11. Cuando pienso en mi trabajo, ¿qué actividades me parecen más valiosas?
12. ¿Qué cosas creo que debería hacer, aunque la haya descartado muchas veces en mis pensamientos por distintas razones?.
13. ¿Cuáles son las metas permanentes más importantes que deseo alcanzar en cada uno de los roles más importantes de mi vida?
14. ¿Cuan satisfecho estoy de mi actual nivel de realización en los diversos ámbitos de mi vida?
15. ¿Qué resultados distintos de los actuales desearía alcanzar en los diferentes ámbitos de mi vida, en relación con la calidad de mi vida?.
16. ¿Cuáles son los principios más importantes en los que se basa mi manera de ser y de actuar?
17. Si te desahuciarán, y tuvieras solo un mes de vida ¿qué harías en ese tiempo?.

domingo, 20 de septiembre de 2009

GUIA ESTUDIO N. 1 Cuarto Bimestre - El proyecto de vida y sus dimensiones

El ser humano es una integralidad en la cual se entrelazan, de manera armónica y sin dejar límites, las diferentes dimensiones de su ser. Aunque suene paradójico, se hace una presentación acerca de las dimensiones no para dividir sino para apreciar el valor que tiene cada una de las partes. Además se considera al hombre como un todo.
Hay cuatro dimensiones que aseguran la solidez y la unidad del Proyec­to de Vida: afectiva, socio-política, profesional y trascendente1. Al nom­brarlas en este orden no se está proponiendo en ningún momento que esta sea la secuencia para crecer en cada una de ellas o que tengan un valor jerárquico. Las cuatro se van dando simultáneamente porque todas forman un sistema en la que es imposible incidir en alguna y no incidir en las de­más. Si se afecta una de ellas de inmediato las otras también se afectan.
Pero, ¿de dónde surgen estas dimensiones? El hombre es un ser eminen­temente relacional.

1. Relación con los otros: dentro de la opción existencial que haga el indi­viduo, más aun si ésta es la preexistencia, tiene la condición de relación con los otros para dar y recibir, para pertenecer y excluirse, para construir o deconstruir. En la relación con los otros el individuo hace su aporte para generar o fortalecer grupos, "roscas", comunidades, organizaciones o so­ciedades. La envergadura del ente social lo da su propia mirada, su concep­ción de mundo y su capacidad de darse cuenta de la trascendencia de sus acciones para permitir el bien común. En la relación con los otros se ubica la dimensión socio-política.

2. Relación con lo otro: lo otro es el mundo como cosmos (en cuanto orden y universo), el entorno como oikos (casa), la naturaleza (como natura y creación). El ser humano -desde el lenguaje teológico cristiano- está lla­mado a ser co-creador del mundo y re-creador en el mundo. Para lograr esto, hace comprensión del mismo mundo, se hace poseedor de un saber y se constituye en transformador a través de una profesión, por eso, esta rela­ción da lugar a la dimensión profesional.

3. Relación con el Otro: la fe como realidad antropológica le permite re­conocer y creer en un ser trascendente. Para la teología cristiana, el Dios en el cual creemos es Persona lo que nos permite una relación diádica inter­personal de donde emerge la espiritualidad y la religión. Dentro de la espi­ritualidad es posible pensar en interioridad, intimidad, discernimiento y oración para poder proclamar "Señor, hágase tu voluntad" como expresión máxima de la mística. Por otro lado, la religión, da la posibilidad de tener una idea de Dios y unas prácticas con sentido que no minen la libertad del individuo sino que, al contrario, permitan la unificación con el mismo Dios. En la relación con el infinitamente Otro está la dimensión trascendente.
A • La dimensión afectiva
Los valores de la dimensión afectiva tienen que ver con el conocimiento de sí mismo y el valor de la vida, la autoimagen, el autoconcepto, la autoestima y la autonomía. Además, el valor que un individuo da a su exis­tencia y a la existencia de los demás.
El amor por la vida tiene que ver con la sexualidad, suya y la del otro. La afectividad se pone a prueba en las diferentes expresiones de la sexualidad que se dan en las situaciones de la vida cotidiana como la identidad sexual, los roles sexuales, el noviazgo, el embarazo no deseado, la posibilidad de aborto, la droga, las conductas sexuales extrañas, el acoso sexual, etc.
Todos somos conscientes que la vida está llena de decisiones que se dan en cada momento, pero las decisiones que se toman en la vida afectiva -a nuestro parecer- son las más trascendentales de todas. De hecho, el éxito en esta dimensión genera en la persona una sensación de plenitud y realiza­ción. O, lo contrario, las «embarradas» afectivas han llevado a la consuma­ción total, la depresión, el suicidio como "solución" extrema, ó un giro de 180 grados en el proyecto personal de vida.
Valdría la pena preguntarse cómo vive un hombre que se siente amado y que ama. ¿No es acaso un hombre que se vuelve altamente productivo? ¿qué piensa en el bien del otro? ¿qué es comprensivo, optimista y alenta­dor? ¿qué tiene un espíritu en paz y alegría, y estrecha sus lazos con el Dios de su fe? Pero, yendo al otro extremo, cómo vive un hombre que no ama y se siente rechazado por el otro -ó en el peor de los casos, odiado-. ¿No es aquel que reniega de lo que hace? ¿que se vuelve neurótico en la sociedad? ¿que se siente solo y abandonado? ¿que no tiene metas o ideales? ¿que hace de Dios una blasfemia?

B• La dimensión política
Cuando se menciona una dimensión de esta naturaleza no se hace refe­rencia a los movimientos políticos, ni a pertenecer a un partido político, sino que se refiere al espíritu que impulsa cualquier acción política del hombre: el que lleva a hacer de él un sujeto que se interrelaciona con los otros para buscar el bien común de todos.
Dentro de la dimensión política se encuentran los valores del servicio, la solidaridad, el compromiso, la honestidad, el respeto por el otro, la toleran­cia, el pluralismo, la convivialidad y todos aquellos que hacen que el hom­bre pueda vivir en la sociedad de la cual forma parte.
El ser humano no es una isla y, por tanto, no se puede quedar en un «mi vida, mi estudio, mi trabajo, mi casa...» debe ser capaz de abrir las fronte­ras de su yo para descubrir que otros tienen los mismos derechos y que deben ser respetados aunque no haya lazos afectivos que los unan.
Los valores de lo político hacen del ser humano un sujeto crítico frente a las situaciones que se le presenta al grupo social del cual forma parte. Se habla del grupo social sin determinar su extensión porque puede ser tan grande como lo conciba la conciencia política que tiene el individuo que pertenece a él. A un nivel mínimo podríamos hablar de familia; si amplia­mos un poco, pasaríamos a considerar el sector, el barrio, la ciudad, la re­gión, la nación o el mundo.
El hombre debe ser consciente que cualquier cosa que haga o deje de hacer afecta positiva o negativamente a los otros en diferentes niveles. Ese "hacer" puede ir desde sembrar un árbol hasta fundar una ONG, o desde tirar un papel a la calle hasta colocar una bomba en un sitio populoso.
C• La dimensión profesional
Pareciera que en una sociedad donde el sistema capitalista neoliberal rige las vidas de las personas, de las instituciones, empresas y macro-gru-pos humanos, la dimensión profesional fuera la más importante. De hecho, muchos proyectos de vida se han reducido a esta dimensión haciendo que la persona busque afanosamente oportunidades para estudiar una carrera, encontrar un trabajo y ganar dinero.
A este respecto es fácil encontrar instituciones educativas que han gene­rado todo un proceso de orientación profesional para los jóvenes que cur­san sus últimos años de secundaria. Aparecen psicólogos, orientadores, tests de aptitudes, charlas con profesionales., etc., para asegurar que cada indivi­duo tome la mejor opción de acuerdo con sus capacidades y limitaciones.
Pero resulta que la dimensión profesional no debe absorber la fuerza que tienen las demás dimensiones. No puede hacer del sujeto un homo-faber que reduce su existencia a hacer...hacer para ganar... y subsistir.
La dimensión profesional hace referencia a los valores del trabajo y al desarrollo de las cualidades del hombre. El trabajo y la profesión no pue­den ser considerados como un único medio de supervivencia. El trabajo debe ser la tarea que, al ser desarrollada, produzca realización, satisfacción y felicidad. El dinero no puede ser el fin del trabajo, sino la consecuencia de la propia realización y la contribución al progreso personal, social y cultural.
De la palabra profesión surge la acción de profesar y «profesa» aquel que se consagra a algo. Es el que se deja apasionar por lo que hace pero no se deja absorber. Vibra en su corazón cuando logra hacer lo que quiere porque vierte en su trabajo grandes dosis de creatividad, ingenio, objetivi­dad, ciencia, humanismo y entrega. Lejos de él cualquier automatización de su quehacer que lo lleve a perder su sentido y lo conduzca a una rutinización inacabable.

D• La dimensión trascendente
La dimensión trascendente, sin duda, forma parte del proyecto vital de una persona. Esta convicción está fundamentada en la fe que profesa el hombre y que anima su vida. Es la convicción del hombre como ser perfec­tible que se mueve dentro de la continua inmanencia-trascendencia: un hom­bre que está sujeto al tiempo y al espacio, y un hombre que traspasa los límites que ponen estas dos variables.
Darle un sentido trascendente a la vida es aceptar que ella tiene un com­ponente espiritual compartido por un Ser superior al que consideramos Padre, del cual procedemos y al cual volvemos. Dentro de una perspectiva teológica cristiana este Dios Padre es amor y por eso perdona al hombre, lo acompa­ña, lo guía y lo conduce a El, pero, no se confunda, respeta su libertad como don que legitima su naturaleza.
Es el ser humano quien, a través de su libertad, hace amistad con Dios desde su propia situación y desde esta vida. Por eso, esta dimensión tras­cendente lleva en sí misma los valores llamados religiosos y morales: la fe, la fraternidad, el amor, el perdón, el servicio y todos aquellos que propone el evangelio.
Nótese que no hay ningún valor evangélico que se quede dentro de una relación simbiótica cerrada entre el hombre y Dios. Todos los valores trascien­den a los demás hombres. Por eso, la dimensión espiritual o trascendente le da sentido a muchas de las cosas que hace la persona creyente y a su propia vida.
LOGROS E INDICADORES PROYECTO DE VIDA CUARTO BIMESTRE 2009
1. Identificar claramente los elementos que componen un Proyecto de vida como transformación de la persona “desde dentro”.
1.1 Reconoce los marcos como bases axiológicas sobre las cuales se construyen el proyecto de vida.
1.2 Descubre la importancia de los valores morales para salvaguardar la vida y la convivencia humana y para preservar el medio ambiente y analizar críticamente los valores y los problemas de la sociedad.
1.3 Asimila el valor de la vida humana como base de la propia realización personal y como condición indispensable de la convivencia cívica y social.
2. Interpretar la retrospectiva de su historia de vida para ubicarse objetivamente en el tiempo y el espacio colombiano.
2.1 Elabora gradualmente el proyecto personal de vida.
2.2 Aprecia la importancia de llevar una vida ordenada en lo que se refiere a la alimentación, al descanso, a las diversiones, al estudio, al trabajo, etc., para favorecer la salud mental y corporal.

sábado, 22 de agosto de 2009

Antes de comenzar observa estos videos:
http://www.youtube.com/watch?v=DrC_BcoItDE Conquistas del Islam 1
http://www.youtube.com/watch?v=vOovE29Katc Conquistas del Islam 2
http://www.youtube.com/watch?v=OtUfFScenWM Conquistas del Islam 3
En qué cree un musulmán? ¿Cuáles son sus obligaciones religiosas? ¿Cómo se organizan las sociedades del mundo islámico? A continuación se muestran algunas de las claves para conocer esta religión que suscita hoy tanto interés.
- Origen del Islam. Aunque los musulmanes afirman que el islam es un concepto inmutable y eterno, presente desde el origen de los tiempos, la religión como tal surge a partir de la revelación recibida por el profeta Mahoma a principios del siglo VII en La Meca, un centro del comercio beduino de la península Arábiga. Mahoma comienza pronto la prédica del Islam y empieza a ser perseguido. En el año 622 el profeta huye a la ciudad próxima de Medina, hecho que marca el inicio de la era musulmana. En el mundo islámico se vive en 1.425.
- Tierras del islam. El islam es la segunda religión más extendida de la tierra tras el cristianismo, con más de 1.300 millones de creyentes, lo que significa que una de cada cinco personas del planeta es musulmán. Los hay de todas las etnias y nacionalidades (en China son 50 millones). Hay que destacar que sólo un 15% de los musulmanes es de origen árabe. Indonesia es el país en el que viven más musulmanes (180 millones). En la Unión Europea superan los 12 millones de personas.
- ¿Qué es el islam? Islam significa, según quien lo traduzca, dado que el árabe es una lengua con gran tendencia a la polisemia, pacificación, sumisión total al único Dios, compromiso, abandonarse a la voluntad de Alá (el nombre de Dios para los musulmanes, con sus 99 atributos: "El todopoderoso", "el misericordioso", "el sutil", etc.). La paz, salaam, también es el antecedente de la palabra "musulmán", literalmente, el pacificador, el que busca activamente la armonía.
- Ser musulmán. Reconocerse en el islam no requiere de ceremonia alguna. Esta religión predica que todo hombre es un musulmán en potencia antes de que se dé cuenta de ello. Ese reconocimiento se hace con la profesión de fe, la shahada: "No hay más Dios que Alá, y Mahoma es su profeta". Se dice esto convencido y ya se es musulmán, sin necesidad de rito alguno.
- El Corán. Es el libro sagrado de los musulmanes, que contiene, según la tradición islámica, la transcripción exacta de las palabras reveladas por Alá a Mahoma (el elegido, el ensalzado), a través del arcángel Gabriel. En sus 114 suras (capítulos), y 6.226 aleyas o versículos, es un compendio de doctrina y normas que regulan la relación de los musulmanes con Alá, así como múltiples aspectos prácticos de la vida diaria de los creyentes. Está escrito en árabe y no caben modificaciones o actualizaciones lingüísticas de su texto al ser considerado por los creyentes como palabra divina revelada.

- La sharía. Tanto del Corán, la fuente principal de doctrina, como de la sunna (hechos de la vida de Mahoma) y de los hadiz (relatos autorizados de lo que el profeta dijo, hizo o aprobó), los musulmanes deducen las enseñanzas para dirigir su vida y la sociedad.
Sharía significa camino o calle, y en algunos países musulmanes (Arabia Saudí, Sudán, Irán) la han adoptado como ley estatal. Las fuentes del islam prescriben a los creyentes aspectos prácticos de su día a día como el modo de vestir (normas de decoro), la alimentación correcta (bebidas y alimentos prohibidos, calificados de haram, el tabú, lo prohibido, como el alcohol y el cerdo) e incluso reglas sobre la economía y el derecho civil y penal.
- Comunidades musulmanas. En el Islam, aun teniendo todos los musulmanes una fe común, hay múltiples corrientes y sectas nacidas de cismas y diferencias de interpretación de la doctrina, ya que no existe una jerarquía religiosa única y cada comunidad sigue su propia ortodoxia. Suníes y chiíes son los grupos más grandes. Los primeros creen en la sunna, la tradición, y son el 90% de los musulmanes, subdivididos a su vez en multitud de escuelas jurídicas. Los chiíes surgen a raíz de una disputa política sobre la sucesión del profeta. Son el 99% de la población de Irán.
- Los cinco pilares del Islam. En el Islam existen cinco obligaciones o pilares, similares a los mandamientos del cristianismo:
1. Hacer la profesión de fe o shahada: "No hay más Dios que Alá, y Mahoma es su profeta".
2. La oración o salat. Los musulmanes deben responder a la shahada que clama el almuédano desde los minaretes para acudir a orar cinco veces al día, marcando así su ritmo de vida: al amanecer, al mediodía, por la tarde, a la puesta del sol y por la noche. No es obligado rezar en una mezquita y cualquier lugar aseado, en el trabajo, en la calle, en casa, es aceptable para comunicarse con Alá recitando versículos del Corán.
Al no existir el sacerdocio en el Islam, las salat pueden ser dirigidas por cualquier persona, elegida por la comunidad y que sepa leer el árabe, ya que no cabe el rezo en otra lengua.
La oración más importante socialmente es la del viernes al mediodía, porque en ella se da la jutba, el sermón, donde se tratan los problemas de los congregados. El Corán aconseja el rezo en común y da gran importancia al grupo, a lo social, a la umma, la comunidad. Se reza descalzo y limpio (las abluciones o wuhdu, el lavado de distintas partes del cuerpo, son obligatorias antes de cada oración), postrándose en la dirección de La Meca
3. El Zakat. El musulmán debe dar a los necesitados un 2,5% de sus rentas anuales. El Corán enuncia los beneficiarios del zakat: huérfanos, viudas, divorciadas, prisioneros (para su rescate), y los que tienen deudas. Según el Islam, no se trata de una limosna sino un derecho que los demás tienen sobre los bienes terrenales que sirve para redistribuir la riqueza.
4. Ayuno en Ramadán. Durante el noveno mes de su calendario lunar, y por tanto, de fecha variable, los musulmanes se deben abstener de comer, beber y tener relaciones sexuales desde el alba hasta el ocaso. Para los creyentes es un modo de purificación que permite comprender mejor la pobreza y profundizar en su vida espiritual. El próximo Ramadán comenzará a mediados de octubre.
5. La peregrinación a La Meca o Hach. Se debe hacer al menos una vez en la vida, aunque hay eximentes por discapacidad física o falta de recursos para realizar el viaje. Más de dos millones de musulmanes acuden cada año a la primera ciudad santa del Islam durante el mes de Duhiya, el duodécimo del calendario lunar, para rezar en torno a la Caaba, el templo mayor de La Meca.

- Celebraciones. Las más importantes son el Aid al-adha, la fiesta mayor o fiesta del sacrificio del cordero, que marca el fin de la peregrinación, y el Aid al-fitr, la fiesta menor, cuando finaliza el mes de Ramadán.
- El color verde. Según una tradición cultural, no religiosa, es el color del islam. Mahoma lo elogió y los musulmanes creen que las almas de los mártires del Islam entrarán al Paraíso bajo la forma de aves de color verde.
- Encomendarse a Dios. Como era común hace años en España, la mayoría de los musulmanes usan fórmulas en árabe, incluso cuando hablan en otro idioma, para tener a Alá presente a cada paso.
Bismillah, con el nombre de Alá, cuando se va a emprender cualquier tarea.
Inchallah, si Alá quiere, cuando se habla de acontecimientos que pueden pasar.
Alhamdulillah, gracias a Alá, cuando algo se consigue o simplemente ocurre.

Bibliografía: Tomado de "El País" - 7 de mayo de 2004

Recordemos algunos terminos:
1 - RAMADÁN: Mes de ayuno de los musulmanes.
2 - CORÁN: Libro sagrado del Islam. Su nombre en árabe significa 'recitación', 'lectura recitada'. En sus páginas se encuentra el conjunto de revelaciones que Alá hizo a Mahoma en el transcurso de la estancia de éste en La Meca y Medina desde el año 612 hasta el año 632 en que muere. Fueron recopiladas y escritas después por sus discípulos. El Corán es el eje fundamental de la religión islámica. Está dividido en 114 suras (capítulos), cada uno de los cuales tiene un título diferente y se subdivide en aleyas (versículos). Su contenido consiste, ante todo, en un conjunto de preceptos y recomendaciones éticas y morales, advertencias sobre la llegada del último día y del Juicio Final, historias sobre profetas anteriores a Mahoma y sobre los pueblos a los que fueron enviados, así como preceptos relativos a la religión y otras materias sociales como el matrimonio, el divorcio o la herencia. El mensaje, en esencia, es que hay un solo Dios, Alá, creador de todas las cosas, que es el único al que hay que servir practicando un culto y observando una conducta correcta.

3 - MEZQUITA: Lugar oficial de la plegaria en el Islam, son también importantes centros culturales y sociales.

4 - KAABA: Santuario sagrado en la Meca. En esta mezquita se encuentra la Kaabah (la construcción negra en la imagen) hacia la cual los musulmanes se dirigen cuando rezan. La Kaabah es el lugar de adoración que Dios mando a los profetas Abraham y su hijo Ismael construir.

5 - MUECÍN: También almuédano, es el que convoca a la oración 5 veces al día desde los alminares o minaretes de las mezquitas.

6 - HÉGIRA: Huida de Mahoma desde la ciudad de la Meca hacia la de Medina, tiene lugar el año 622 d.C. y los musulmanes lo consideran como el comienzo de la "era musulmana" (calendario musulmán)

7 - CHIITA: Perteneciente a una de las dos grandes facciones en la que se divide el Islam. Creen que la sucesión en el liderazgo de la comunidad musulmana recae en los descendientes del profeta. (término colectivo que hace referencia a varios grupos musulmanes que constituyen el 10% del mundo islámico (el resto es, sobre todo, suní). Los suníes y los shiíes se diferencian entre sí en muchos aspectos. Ambos coinciden esencialmente en sus rituales y leyes, pero discrepan en cuanto al carácter y la teología, así como en la forma en que conciben la autoridad legítima.)

8 - ALÁ: (Dios) Nombre de Dios en árabe. O nombre que los musulmanes dan a Dios.

9 - IMÁN: El que dirige el rezo en la mezquita, encargado de la misma. (título islámico cuya acepción habitual es "el que dirige la oración". Puede también significar jefe de una comunidad o grupo o aplicarse con carácter honorario a destacados investigadores religiosos. Es también uno de los títulos dados al jefe de la comunidad islámica tras la muerte del Profeta, y se intercambia a menudo con el título de Califa. )

10 - UMMA: La gran comunidad formada por todos los creyentes del Islam en el mundo.

sábado, 8 de agosto de 2009

EL ISLAM TERCER BIMESTRE 2009

PROGRAMA DE DIANA URIBE
" Religiones Monoteistas II" Domingo 12 Abril.

(Recuerdo : Caracol Radio.Com.Co......Diana Uribe Historias de Mundo.)

Realizar un resumén y presentarlo a mano en hoja cuadriculada bien marcada.

jueves, 23 de julio de 2009

TAREA PROXIMA CLASE UN VISTAZO A LA FRANJA DE GAZA.



OBSERVAR ESTE VIDEO: UN VISTAZO A LA FRANJA DE GAZA CON DIANA URIBE.


ELABORAR un MAPA CONCEPTUAL. se revisara en clase. ENTREGAR EN UN HOJA EXAMEN CUADRICULADA a MANO.

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miércoles, 22 de julio de 2009

GUIA ESTUDIO JUDAISMO

LA GUIA LA ENCONTRARAN EN LA BIBLIOTECA DEL COLEGIO: PERDIRLA PEGARLA Y PARA PREPARAR LA EVALUACIÓN ESCRITA. ( Ojo Cronograma).

viernes, 3 de julio de 2009

Presentación de Logros.
6 Julio – 10 Julio

Evaluación Diagnostica
13 Julio – 17 Julio

Judaísmo:
Historia
Ritos- Fiestas

21 - 24 Julio

Judaísmo:
-Conflicto Judío-palestino
27 Julio -31 Julio

Judaísmo
3 Agosto – 6 Agosto EVALUACIÓN ESCRITA

Cristianismo
10 Agosto -14 Agosto

Islam:
Historia.
Creencias.
18 Agosto – 21 Agosto

Islam:
Fiestas.
24 Agosto – 28 Agosto

Islam
31 Agosto - 4 Septiembre


Evaluación Bimestral
7 -11 Septiembre

Bibliografía: J.M Mateus, P. Pardos. C Vicen, Historia y cultura de las religiones. ANAYA. 1999.

LOGROS TERCER BIMESTRE 2009

LOGROS E INDICADORES
1. Descubrir el patrimonio religioso, artístico y cultural de las distintas religiones Monoteístas como expresión de la fe de las personas y de su búsqueda de Dios.
1.1 Describe las manifestaciones religiosas en su multiplicidad y variedad.
1.2 Descubre y analiza los valores evangélicos de justicia, solidaridad, amor, etc., que contribuyen a la construcción de un mundo más pacífico.
2. Valorar críticamente las ofertas de salvación de las diversas religiones y desarrollar, al mismo tiempo, actitudes de tolerancia y respeto.
2.1 Descubre la inquietud que existe en las religiones monoteístas por alcanzar una convivencia pacífica entre los pueblos.
2.2 Compara los puntos esenciales del mensaje cristiano con las formulaciones de otras grandes religiones y desarrollar actitudes de comprensión, diálogo y respeto.
3. Descubrir los valores que tiene el hecho de realizar concientemente las actividades extra clase como instrumento de formación e investigación.
3.1 Reconoce la importancia de llevar en orden y al día el cuaderno de teoría y actividades.
3.2 Valora y aprecia los aportes que da la investigación personal.

miércoles, 13 de mayo de 2009

RESUMEN HINDUISMO

RESUMEN
1. ¿Cuándo nace el hinduismo? El hinduismo surge aproximadamente hacia el 1.500 a. C., fruto de la fusión de las culturas y religiones de la India con las de los pueblos arios que llegaron.
2. ¿Cuáles son sus libros sagrados? Los grandes textos sagrados de los hindúes son los Vedas (divididos en cuatro secciones); después, los Brahmana (comentarios a los himnos védicos), los Upanishads (cuerpo doctrinal) y los Kalpasutra (sobre el culto).
3. ¿A qué dios veneran los hindúes? Los hindúes veneran una larga lista de dioses, cuyo nivel más alto se centra en torno al Brahmán único. Distinguimos un periodo védico, en el que se venera a Mitra, Agni, Varuna e Indra. En la etapa brahmánica posterior se venera a Brahman (el creador), Visnú (el que restablece y conserva el orden cósmico) y a Siva (el que destruye lo deteriorado para crear de nuevo).
4. ¿Qué normas morales tienen los hindúes? El hindú tiene que respetar 3 leyes fundamentales: la ley de castas (brahmanes, guerreros, trabajadores, esclavos y parias); la ley de los estados de la vida (estudiante, jefe de familia, eremita y religioso errante); y la ley del comportamiento individual (pureza, autodominio, veracidad y no violencia).
5. ¿Creen en el más allá? Los hindúes creen en la reencarnación. Buscan la purificación final y total que libere al ser humano de la sucesión de reencarnaciones, mediante la acción correcta, el conocimiento y la devoción.

GUIA ESTUDIO HINDUISMO

1. INTRODUCCIÓN
Hinduismo, religión sin fundador, ni grandes profetas, ni credo, ni forma institucional organizada. Es originaria de la India donde la mayoría de sus habitantes sigue profesándola en la actualidad. También es practicada por las familias que han emigrado desde dicho país hacia el resto del mundo (en especial al sur y este de África, al sureste y este de Asia y a Europa). El término hindú deriva de la palabra sánscrita sindhu ('río', de forma más explícita el río Indo); durante el siglo V a.C., los persas utilizaban ese nombre para referirse a aquellos que vivían en las tierras del Indo. Los hindúes se definen a sí mismos como “aquellos que creen en los Veda ('conocimiento'), denominación que recibe el conjunto de los escritos sagrados más antiguos del hinduismo, ” o “aquellos que siguen los cuatro tipos (varnas) de caminos (dharma) y etapas de la vida (ashramas)”.
El hinduismo es una de las religiones más extendidas e importantes del mundo, no sólo por su número de fieles (estimados en más de 700 millones de individuos), sino también por la profunda influencia que ha ejercido en muchas otras religiones durante su larga e ininterrumpida historia, que comenzó más o menos en el 1500 a.C.
Es preciso destacar igualmente la correspondiente influencia que el hinduismo ha recibido de esas otras religiones (el hinduismo posee una extraordinaria capacidad para absorber e integrar elementos foráneos). Esto ha contribuido de forma notable al sincretismo de la religión y a la asimilación de una gran variedad de creencias y prácticas religiosas. Es más, las bases geográficas, más que las puramente religiosas (que consisten en todo lo que el pueblo de la India ha creído y ha hecho), le han otorgado el carácter de sistema doctrinal y social que se extiende a todos los aspectos de la vida humana.
2. PRINCIPIOS FUNDAMENTALES
Las normas o cánones del hinduismo se definen en relación con lo que las personas hacen, más que con lo que piensan. Por consiguiente, en el seno del hinduismo se encuentra una mayor uniformidad de acción que de creencias, a pesar de que hay muy pocas creencias o prácticas que son compartidas por todos. La mayoría de los hindúes cantan el himno del gayatri al amanecer, pero casi no existe acuerdo sobre qué otras oraciones deben ser pronunciadas. Muchos hindúes veneran a Siva, Visnú y la diosa Devi, pero también adoran a centenares de deidades menores, propias de ciertos poblados o incluso familiares. Hay prácticas que observan casi todos, como son el reverenciar a los brahmanes y a las vacas, la prohibición de comer carne (en especial la de vacuno) y el contraer matrimonio sólo con un miembro de la misma casta (jati) con la esperanza de tener un heredero varón.
A pesar de que los hindúes tienen creencias y prácticas que parecen contradictorias (no sólo con respecto al resto del mundo sino también dentro de su misma religión y de su vivir cotidiano), cada individuo percibe un modelo que ha de seguir y que confiere orden y sentido a su vida. En el hinduismo no existe una jerarquía doctrinal ni eclesiástica, pero la complicada estratificación social, inseparable de la religión, da a cada persona la sensación de ocupar una posición dentro de este enorme grupo humano.
2.1 Textos
La última autoridad canónica para todos los hindúes son los cuatro Veda. Entre ellos el más antiguo es el Rig-Veda, escrito en una de las formas más antiguas de la lengua sánscrita del noroeste de la India. Este texto fue escrito entre el 1300 y el 1000 a.C. y consta de 1.028 himnos dedicados a un panteón de dioses; ha sido memorizado sílaba por sílaba, conservándose de esta forma hasta la actualidad. Al Rig-Veda le fueron agregados otros dos Veda, el Yajur-Veda (el libro del sacrificio) y el Sama-Veda (contiene los himnos).
Los Veda (dentro de los que se incluyen los Brahmana y los Upanisad) son considerados las normas reveladas (shruti, 'lo que ha sido oído de los dioses'), y no pueden ser alterados ni siquiera en una sílaba. Sin embargo, la mayoría de los hindúes desconoce en la actualidad el contenido de estas normas.
2.2 Filosofía
Dentro de su rica literatura, el hinduismo incorpora una cosmología muy compleja. Los hindúes creen que el Universo es una gran esfera cerrada, un huevo cósmico dentro del cual hay muchos cielos concéntricos, infiernos, océanos y continentes, y que la India está en medio de todos ellos. Creen que el tiempo es a la vez degenerativo (desde la época dorada o Krita Yuga, a través de dos periodos en los que el bien decayó gradualmente, hasta los tiempos actuales o Kali Yuga) y cíclico: al final de cada Kali Yuga el Universo es destruido por el fuego y las inundaciones, comenzando así una nueva época dorada.
La vida humana también es cíclica: después de morir, el alma deja el cuerpo y renace en el cuerpo de otra persona, animal, vegetal o mineral. Este imparable proceso se llama samsara. La calidad de la reencarnación viene determinada por el mérito o la falta de méritos que haya acumulado cada persona como resultado de su actuar o karma, de lo que el alma haya realizado en su vida o vidas pasadas. Todos los hindúes creen que el karma funciona así; sin embargo, también piensan que esto se puede contrapesar con la práctica de la expiación y de rituales (ejercitándose a través del castigo o de la recompensa), logrando así aminorar o hacer más fácil (moksha) todo el proceso del samsara, previa renuncia a todos los deseos terrenales.
A los hindúes se les divide en dos grupos: quienes buscan las recompensas sagradas y profanas de este mundo (salud, dinero, hijos y una buena reencarnación) y los que buscan liberarse del mundo.
Los principios del primer sistema de vida fueron extraídos de los Veda y hoy en día están representados en los templos hindúes, en la religión de los brahmanes y en el sistema de castas.
Los tres ashramas originales eran el estudiante casto (brahmachari), el amo de casa (grihastha) y el habitante del bosque (vanaprastha). Se decía que tenían tres deudas o deberes: estudiar los Veda (esto se lo debían a los sabios), un hijo (a los ancestros) y sacrificarse (deuda que tenían con los dioses). Las tres metas u objetivos eran el artha (éxito en cuanto a bienes materiales), dharma (recto comportamiento social) y kama (placeres sensuales).
2.3 Dioses
A pesar de que los hindúes reconocen la existencia e importancia de muchos dioses y semidioses, la mayoría de los fieles son, en primer lugar, devotos de un solo dios o diosa; entre éstos, los más populares son Siva, Visnú y la Diosa (Devi).
Siva encarna los aspectos aparentemente contradictorios del dios de los ascetas y del dios fálico. Es la deidad de los que han renunciado, en especial de las muchas sectas que lo imitan: kapalikas, que llevan calaveras para reconstruir el mito en el que Siva decapita a su padre, el incestuoso Brahma, y es condenado a llevar su calavera hasta que consigue ponerle fin al castigo, en Benarés; pashupatas, seguidores del culto a Siva Pashupati, Señor de las bestias, y aghoris, “para quien nada es horrible”, yoguis que comen inmundicias o carne cruda, con el fin de demostrar que son totalmente indiferentes ante el placer o el dolor. Siva también es la deidad cuyo símbolo fálico (linga) constituye el punto central y sacrosanto de todos los templos dedicados a él y de todos los hogares de sus adoradores; se dice que su priapismo fue el resultado de su castración, con el consecuente culto de su símbolo fálico sin cuerpo. Además de esto, se dice que Siva se habría hecho presente en la Tierra bajo distintas formas humanas, animales y vegetales, estableciendo muchos santuarios locales.
Visnú es adorado como un dios que está en todas partes (dios supremo para sus adoradores), el dios de cuyo ombligo brotó una flor de loto, dando a luz al creador (Brahma). Visnú creó el Universo, separando el cielo de la tierra; más adelante, y en muchas ocasiones, tuvo que ayudarlo a sobrevivir. También se le adora bajo la forma de muchos avatares, dioses que descienden al mundo (o encarnaciones, en un sentido aproximado). Muchos de ellos son animales que suelen aparecer en la iconografía hindú: el pez, la tortuga y el cerdo. Otros son los enanos Vamana (quienes se transformaron en un gigante para engañar a Bali, el demonio, y expulsarlo así del Universo); el hombre león Narasimha (que destripó al demonio Hiranyakashipu); el Buda (que se encarnó con el fin de enseñarles una doctrina falsa a los demonios piadosos); Rama con un hacha (Parashurama, que decapitó a su madre porque no era casta, matando luego a toda la clase de los Kshatriyas para vengar a su padre); y Kalki (el jinete del caballo blanco, que vendrá a destruir el Universo al final de la era de Kali). Pero, con diferencia, los más populares son Rama (el héroe del Ramayana), y Krishna (héroe del Mahabharata y del Bhagavata-Purana). Se dice que ambos son encarnaciones de Visnú, a pesar de que en un comienzo fueron héroes humanos.
Junto a estos dos grandes dioses masculinos, hay muchas diosas objeto de profunda devoción. A veces se dice que constituyen los distintos aspectos de la Diosa,
Devi. En algunos mitos, Devi es la primera que propone el movimiento, la acción, liderando el grupo de dioses masculinos para que realicen las labores de creación y de destrucción.
2.4 Culto y ritos
Desde el más importante hasta el menos trascendente de los dioses hindúes es objeto de veneración tanto en ceremonias públicas como en el ámbito de la intimidad familiar. Dadas las bases sociales del hinduismo, los actos más importantes son aquellos en los que se incluyen ritos de paso (samskaras), como son el nacimiento y cuando el niño come por primera vez comida sólida (arroz). Entre los ritos que vienen a continuación, se incluye el primer corte de pelo (para un niño) y la purificación después de la primera menstruación (para una niña), el matrimonio, y la bendición para las embarazadas, para que tengan un hijo varón y para asegurar así un parto sin dificultades y que el niño sobreviva los seis primeros días después del nacimiento, que son los más peligrosos (para lo cual se encomiendan a Shashti, la diosa del Seis).
Las últimas ceremonias son las de la muerte (cremación y, si es posible, que las cenizas sean esparcidas por el Ganges, el río sagrado) y la ofrenda anual a los antepasados muertos. De estos últimos, el más notable es el del pinda, una bola de arroz y de semillas de sésamo que entrega el hijo mayor del difunto, para que el fantasma de su padre pueda salir del limbo y renacer.
Como parte del ritual diario (por lo general realizado por la esposa, quien se supone tiene más poder para interceder ante los dioses), los hindúes ofrecen (puja) frutas y flores ante un pequeño altar instalado en la vivienda.
También ella se ocupa de hacer ofrendas a serpientes locales, árboles o a espíritus oscuros (benevolentes y malévolos) que moran en su propio jardín, en cruces de caminos o en otros sitios del pueblo considerados mágicos. Muchos poblados y ciudades de diferentes tamaños tienen templos donde los sacerdotes celebran ceremonias durante todo el día: rezan al amanecer y emiten ciertos tipos de sonidos para despertar al dios que es santo entre los santos (la garbagriha o casa matriz); lavan, visten y abanican al dios, lo alimentan y distribuyen los restos de la comida (prasada) entre sus fieles.
El templo también constituye un centro cultural donde se cantan canciones, se leen los textos sagrados en voz alta (tanto en sánscrito como en lengua común) y se celebran rituales al anochecer. A los laicos se les permite estar presentes en la mayoría de las ceremonias. En muchos templos, en especial en los que están dedicados a diosas (como el templo a Kali, el Kalighat en Calcuta) y en ciertas ocasiones especiales, se sacrifican cabras.
Muchos lugares sagrados o santuarios, como el de Rishikesh en el Himalaya o el de Benarés en el Ganges, son objeto del peregrinaje de fieles procedentes de todas las zonas de la India; otros no son más que santuarios locales. Ciertos lugares sagrados se visitan más que otros, según los festivales especiales que se celebren en él durante el año. Por ejemplo Prayaga (el lugar donde se unen los ríos Ganges y Yamuna en Allahābād) es siempre sagrado, pero cada mes de enero se llena de peregrinos durante el festival de Kumbha Mela, y llega a saturarse con los millones de visitantes que asisten a la ceremonia especial que se celebra cada 12 años. En Bengala, la visita que hace la diosa Durga a su familia y luego su retorno al lado de Siva, su marido, se celebra cada año en Durgapuja.
Se reproducen imágenes de la diosa en papel maché, figuras a las que se les rinde culto por diez días, y que más tarde, en una dramática ceremonia que se celebra a medianoche, son arrojadas al Ganges.
Todo esto va acompañado del retumbar de tambores y la luz de las velas. Algunos festivales se celebran en toda la India: Dīvālī, el festival de las luces a comienzos del invierno, y Holi, el carnaval de la primavera, en el que los diferentes miembros de todas las castas se mezclan, sueltan sus cabellos y se mojan unos a otros con cascadas de polvo rojo y agua, lo que probablemente simboliza la sangre que quizás utilizaban siglos atrás.

( Bibliografía) Les Chretiens et les grandes religions. Jean Joncheray. Ed. Droguet & Ardant. 1997. Historia y cultura de las religiones 3. Ed. ANAYA )

domingo, 19 de abril de 2009

GUIA DE ESTUDIO N. 1 POLITEISMO Y LOS GRIEGOS



http://www.portalplanetasedna.com.ar/mitologia_griega1.htm ANTES DE COMENZAR ENTRA AQUI. "VISITA A LOS GRIEGOS" Sobre esta visita se evaluara.


INTRODUCCION
EI animismo

En primer lugar, se otorgó alma a los objetos y a las fuerzas de la natu­raleza, y así fueron naciendo las religiones animistas.
El animismo, en vez de creer en unas fuerzas naturales amorfas y difu­sas, cree en seres sobrenaturales o espíritus, que se materializan so­bre todo en los objetos animados.
Las religiones animistas admiten lo divino como fuente de vida y como ordenador del universo, pero impersonal. Lo divino se va concretando en distintas divinidades representadas en forma de ídolos, fetiches o tótems.
Tanto la naturaleza en general como cada uno de sus elementos, están animados, tienen vida, poseen un alma. La vida y la muerte son muy im­portantes dentro de los ciclos de la naturaleza. Se suceden de la mis­ma manera que el día reemplaza a la noche o que una estación sigue a la precedente.
De ahí que, entre los animistas, la muerte no tenga la consideración de separación definitiva, sino de un momento del proceso; y consecuente­mente sientan una especial veneración hacia los antepasados.
Estas primeras formas religiosas surgieron en los albores de la huma­nidad y ya desaparecieron. Perviven, sin embargo, formas similares en reducidos grupos de América, Oceanía, Asia y África.

El politeísmo
Posteriormente, las fuerzas de la naturaleza se fueron concretando e imaginaron que cada una de ellas era una divinidad con funciones dis­tintas y nombres diferentes. Así nacieron los politeísmos.
Hay que advertir que el politeísmo no exige adorar necesariamente a to­dos los dioses. Cada dios tiene su función y se le honra solamente cuando se necesita su ayuda o se le agradece algo.
Son muchos los ejemplos de la diversidad de dioses y de poderes. Bas­te señalar como ejemplo que en la mitología mesopotámica se venera­ba a dioses que protegían asuntos tan dispares como: el aire, el amor, las artes de escribir, las cañas, el cielo, el clima, la tierra, la fertilidad, los ríos y canales, la vegetación, la justicia, el nacimiento, etc.
Como resultado de ese proceso, surgió la individualización: cada una de esas fuerzas difusas puede ser representada por un dios.
A partir de ese momento, aparece, casi espontáneamente, una espe-cialización de las divinidades.
Los dioses y sus funciones
Cuando tenemos una enfermedad localizada, acudimos al médico es­pecialista en la dolencia que padecemos: oculista, dentista, cardiólo­go... Del mismo modo, el politeísmo exige un dios para cada tarea y circunstancia. Así, había dioses para cada clan, grupo, pueblo, oficio, casa, etc.; y eso exigía una variedad de ritos, de cultos y de lugares sa­grados.
Hace cuatro mil años se podían contabilizar en la India hasta varios mi­llones de dioses, según cuenta un antiguo relato religioso.
Hay que añadir que, en el politeísmo, el culto a un determinado dios po­día perder seguidores. Si los fieles creían que no satisfacía sus nece­sidades, lo sustituían sin más por el culto a otro que consideraban más efectivo.
Ello se debía a que la relación con los dioses se reducía a una especie de intercambio: te doy para que me des (al dios benefactor); o te doy pa­ra que te alejes (al dios maligno o infernal).

Los nombres de los dioses
Asombrado ante los fenómenos de la naturaleza, quizá en un primer mo­mento el hombre se refería a ellos tratando de imitarlos con sonidos; pero probablemente con el paso del tiempo los quiso concretar un po­co más y los imaginó como seres extramundanos.
El paso siguiente sería otorgarles un nombre para identificar a cada uno de ellos y diferenciarlos de los demás. Esto es lo que sucedió con el true­no, el agua, el viento, el rayo, el fuego, etc. A partir de ese momento, ya I habían surgido los dioses -el politeísmo- en la vida de los Para realizar esa función, estaban los dos dioses de inferior categoría. Con el fin de lograr un equilibrio entre ellos, se les atribuían tareas com­plementarias, contrapuestas pero necesarias. Ejemplos de estas tría­das son: Brahma con Visnú y Shiva, en la India; Júpiter, con Juno y Mi­nerva, en Roma, etc.
Ya en la más remota Antigüedad se adoró a la tríada formada por el Sol con la Tierra y la Luna.

Los dioses de la casa y de la ciudad
Entre todos esos dioses es preciso señalar esta distinción importante: la multiplicidad de los dioses del politeísmo permitía separar, por un la­do, a los dioses de la ciudad y del Estado; y por otra, a los dioses de la casa y de la naturaleza.
Había dioses encargados de la protección de la casa y de todo lo que a ella se refería: economía, alimento, salud, nacimientos, defunciones, cuidado, seguridad, etc.
Estos dioses menores requerían sus ritos y ofrendas para tenerlos a su favor. El padre de familia era el que solía ejercer como sacerdote natu­ral de la casa.
Un ejemplo de ello, entre otros muchos, era el de los dioses domésticos de griegos y romanos.

Los dioses especializados
Entre las individualizaciones de los dioses que nos ofrece el politeísmo, parece que se da en todas las culturas una repetición de los principa­les dioses. Ello se debe a que las necesidades generales de los hom­bres suelen ser las mismas en todas las latitudes.
De hecho, en casi todas las culturas encontramos algo semejante a un clan de los llamados dioses mayores. Una prueba de ello es que, cuan­do una cultura decaía y su puesto era ocupado por otra, los dioses de la nueva asumían las funciones de los de la anterior. Simplemente, cambiaban los nombres y los ritos y cultos que se les dedicaban.
Generalmente, había siempre un dios de la guerra y otro del amor; un dios de la agricultura y otro dedicado a la ganadería; un dios protector de los mares y navegantes; otro al que se dirigían los comerciantes; etc.
Muy por debajo de estos dioses, estaban los llamados dioses menores.
Y para cerrar el conjunto de divinidades conviene citar también a otros seres extraordinarios. Se trata de animales extraños, producto de la fantasía, como, por ejemplo, la esfinge de la mitología griega. Era un monstruo con cabeza y pechos de mujer, cuerpo de león y alas de ave; con ella se quería representar a la sabiduría.
Y, cómo no, también inofensivos animales protectores de los desvalidos y menesterosos que andaban por los caminos.
En el cuadro podemos ver cómo los principales dioses romanos, con diferentes nombres, asumen las funciones de sus predecesores griegos.

ACTIVIDAD A TRABAJAR SE DIJO : BUSCA Y SEÑALA EN EUN CUADRO COMPARATIVO CUAL ES EL dIOS GRIEGO Y ROMANO Y SU FUNCION

Zeus

Júpiter

Dios padre

Apolo

Febo

Dios del Sol

Artemisa

Diana

Diosa de la Luna

Asclepios

Esculapio

Dios de la medicina

pionisos

Baco

Dios de la vendimia

Hades

Plutón

Dios de los infiernos

Hefestos

Vulcano

Dios del fuego

Mermes

Mercurio

Dios de la elocuencia y comercio

Moiras

Parcas

Diosas que rigen el destino

Perséfone

Proserpina

Diosa de los infiernos

Poseidón •

Neptuno

Dios de los mares

Ares

Marte

Dios de la guerra

Erinias

Furias

Diosas de la venganza

Afrodita

Venus

Diosa del amor


Actividades: RESPONDA ESTAS PREGUNTAS SEGÚN LA ANTERIOR GUIA N.1
1. ¿Tiene algo que ver la jerarquía de los dioses con la sociedad a la que perte­necen?
2. ¿Cuál era la organización jerárquica más común en las sociedades poli­teístas?
3. ¿A quién correspondía en la tríada la misión de relacionarse con los morta­les?
4. ¿Quién ejercía la autoridad religiosa en una casa?
5. Identifica el nombre que, según fuesen griegos o romanos, adquirían los dio­ses de la guerra, del amor, del fuego, de los mares, de los comerciantes y de la medicina.
Describe cómo era la esfinge de la mi­tología griega.



GUIA N: 2 Grecia, los dioses del Olimpo

" VUELVE A VISITAR A LOS GRIEGOS" mira arriba...........

VISITA:

1. La vida en Atenas.

2. La peste en Atenas.

3. La medicina Griega.

4. Guerra de Peloponeso.

5. Vida en Esparta.

6. Leyendas Griegas.


Punto de partida
Grecia está situada al sur de Europa, a orillas del mar Medi­terráneo. La civilización occidental tiene sus raíces en la cultu­ra griega. Los griegos eran politeístas y crearon los mitos para explicar lo que les rodeaba. Sus dioses, que vivían en el mon­te Olimpo, tenían forma humana, personificaban las pasiones humanas y actuaban como seres humanos por ira, por vengan­za, por celos y por amor.

En la ciudad de Olimpia, los griegos celebraban grandes fiestas en honor del padre de los dioses, y hasta hoy nos han llegado sus famosos Juegos Olímpicos.
Además de los dioses, la mitología hace referencia a otros se-midioses, como, por ejemplo, las ninfas que habitaban en los bosques, fuentes y praderas. Existieron también otros seres, co­mo las amazonas, que formaron un pueblo de mujeres guerreras.

Esta guía pretende responder a las siguientes preguntas:
Los mitos son relatos que tratan de explicar ciertos acontecimientos y costumbres de los pueblos.
1. ¿Qué diferencia hay entre la explicación mítica y la explicación histórica? Da las razones de una y otra.
El mundo griego clásico nos ha dejado numerosos ejemplos arquitectónicos en honor de sus dioses. El Partenón ha quedado como uno de los símbolos más representativos de la religiosidad
2. ¿Conoces algunos templos griegos y su localización?
Hay muchos nombres que aparecen en la mitología griega que han llegado a nuestra cultura.
3. En castellano existen nombres como ninfa, amazonas, Cupido, pías, Adonis. ¿Conoces su significado?
Según los griegos, los dioses vivían en el monte Olimpo, que consideraba como un lugar inaccesible para los mortales.
4. ¿Por qué las divinidades siempre se sitúan en lugares inaccesibles para las personas?

viernes, 13 de marzo de 2009

LO SAGRADO Y LO PROFANO GUIA ESTUDIO PRIMER BIMESTRE 2009

Este articulo que sigue tiene por meta el ilustrar y precisar esa oposición entre lo sagrado y lo profano.
CUANDO SE MANIFIESTA LO SAGRADO.
El hombre entra en conocimiento de lo sagrado porque se manifiesta, porque se muestra como algo diferente por completo de lo profano. Para denominar el acto de esa manifestación de lo sagrado hemos propuesto el término de hierofanía, que es cómodo, puesto que no implica ninguna precisión suplementaria: no expresa más que lo que está implícito en su contenido etimológico, es decir, que algo sagrado se nos muestra. Podría decirse que la historia de las religiones, de las más primitivas a las más elaboradas, está constituida por una acumulación de hierofanías, por las manifestaciones de las realidades sacras. De la hierofanía más elemental (por ejemplo, la manifestación de lo sagrado en un objeto cualquiera, una piedra o un árbol) hasta la hierofanía suprema, que es, para un cristiano, la encarnación de Dios en Jesucristo, no existe solución de continuidad. Se trata siempre del mismo acto misterioso: la manifestación de algo «completamente diferente», de una realidad que no pertenece a nuestro mundo, en objetos que forman parte integrante de nuestro mundo «natural», «profano».
El occidental moderno experimenta cierto malestar ante ciertas formas de manifestación de lo sagrado: le cuesta trabajo aceptar que, para determinados seres humanos, lo sagrado pueda manifestarse en las piedras o en los árboles. Pues, como se verá en seguida, no se trata de la veneración de una piedra o de un árbol por si mismos. La piedra sagrada, el árbol sagrado no son adorados en cuanto tales; lo son precisamente por el hecho de ser hierofanías, por el hecho de «mostrar» algo que ya no es ni piedra ni árbol, sino lo sagrado, lo ganz andere. Nunca se insistirá lo bastante sobre la paradoja que constituye toda hierofanía, incluso la más elemental. Al manifestar lo sagrado, un objeto cualquiera se convierte en otra cosa sin dejar de ser él mismo, pues continúa participando del medio cósmico circundante. Una piedra sagrada sigue siendo una piedra; aparentemente (con más exactitud: desde un punto de vista profano) nada la distingue de las demás piedras. Para quienes aquella piedra se revela como sagrada, su realidad inmediata se transmuta, por el contrario, en realidad sobrenatural. En otros términos: para aquellos que tienen una experiencia religiosa, la Naturaleza en su totalidad es susceptible de revelarse como sacralidad cósmica. El Cosmos en su totalidad puede convertirse en una hierofanía.
El hombre de las sociedades arcaicas tiene tendencia a vivir lo más posible en lo sagrado o en la intimidad de los objetos consagrados. Esta tendencia es comprensible: para los «primitivos» como para el hombre de todas las sociedades pre-modernas, lo sagrado equivale a la potencia y, en definitiva, a la realidad por excelencia. Lo sagrado está saturado de ser. Potencia sagrada quiere decir a la vez realidad, perennidad y eficacia. La oposición sacro-profano se traduce a menudo como una oposición entre real e irreal o pseudo-real. Entendámonos: no hay que esperar reencontrar en las lenguas arcaicas esta terminología filosófica: real, irreal, etc.; pero la cosa está ahí. Es, pues, natural que el hombre religioso desee profundamente ser, participar en la realidad, saturarse de poder. Cómo se esfuerza el hombre religioso por mantenerse el mayor tiempo posible en un universo sagrado; cómo se presenta su experiencia total de la vida en relación con la experiencia del hombre privado de sentimiento religioso, del hombre que vive, o desea vivir, en un mundo desacralizado: tal es el tema que dominará las páginas siguientes. Digamos de antemano que el mundo profano en su totalidad, el Cosmos completamente desacralizado, es un descubrimiento reciente del espíritu humano. No es de nuestra incumbencia el mostrar por qué procesos históricos y a consecuencia de qué modificaciones de comportamiento espiritual ha desacralizado el hombre moderno su mundo y asumido una existencia profana. Baste únicamente con dejar constancia aquí del hecho de que la desacralización caracteriza la experiencia total del hombre no-religioso de las sociedades modernas; del hecho de que, por consiguiente, este último se resiente de una dificultad cada vez mayor para reencontrar las dimensiones existenciales del hombre religioso de las sociedades arcaicas.
DOS MODOS DE SER EN EL MUNDO
Se medirá el abismo que separa las dos modalidades de experiencias, sagrada y profana, al leer las discusiones sobre el espacio sagrado y la construcción ritual de la morada humana, sobre las variedades de la experiencia religiosa del Tiempo, sobre las relaciones del hombre religioso con la Naturaleza y el mundo de los utensilios, sobre la consagración de la vida misma del hombre y la sacralidad de que pueden revestirse sus funciones vitales (alimentos, sexualidad, trabajo, etc.). Bastará con recordar en qué se han convertido para el hombre moderno arreligioso la ciudad o la casa, la Naturaleza, los utensilios o el trabajo, para captar a lo vivo lo que le distingue de un hombre perteneciente a las sociedades arcaicas o incluso de un campesino de la Europa cristiana. Para la conciencia moderna, un acto fisiológico: la alimentación, la sexualidad, etc., no es más que un proceso orgánico, cualquiera que sea el número de tabús que le inhiban aún (reglas de comportamiento en la mesa, límites impuestos al comportamiento sexual por las «buenas costumbres»). Pero para el «primitivo» un acto tal no es nunca simplemente fisiológico; es, o puede llegar a serlo, un «sacramento», una comunión con lo sagrado.
El lector se dará cuenta en seguida de que lo sagrado y lo profano constituyen dos modalidades de estar en el mundo, dos situaciones existenciales asumidas por el hombre a lo largo de su historia. Estos modos de ser en el Mundo no interesan sólo a la historia de las religiones o a la sociología, no constituyen un mero objeto de estudios históricos, sociológicos, etnológicos. En última instancia, los modos de ser sagrado y profano dependen de las diferentes posiciones que el hombre ha conquistado en el Cosmos; interesan por igual al filósofo que al hombre indagador ávido de conocer las dimensiones posibles de la existencia humana.
Por eso, a pesar de su condición de historiador de las religiones, el autor de este librito no se propone escribir exclusivamente desde la perspectiva de su disciplina. El hombre de las sociedades tradicionales es, por supuesto, un homo religiosus, pero su comportamiento se inscribe en el comportamiento general del hombre y, por consiguiente, interesa a la antropología filosófica, a la fenomenología y a la psicología.
Para resaltar mejor las notas específicas de la existencia en un mundo susceptible de convertirse en sagrado no vacilaremos en citar ejemplos tomados de un gran número de religiones, pertenecientes a épocas y culturas diferentes. Nada vale tanto como el ejemplo, el hecho concreto. Sería vano discurrir sobre la estructura del espacio sagrado sin mostrar, con ilustraciones precisas, cómo se construye un espacio tal y por qué se hace cualitativamente diferente del espacio profano que le rodea. Tomaremos nuestros ejemplos de los meso-potamios, los indios, los chinos, los kwakiutl y otras poblaciones «primitivas». En la perspectiva histórico-cultural, una yuxtaposición tal de hechos religiosos, espigados en pueblos tan distantes en el tiempo y en el espacio, no carece de peligro. Pues se corre siempre el riesgo de recaer en los errores del Siglo XIX y especialmente en el de creer, con Tylor o Frazer, en una reacción uniforme del espíritu humano ante los fenómenos naturales. Pues los progresos de la etnología cultural o de la historia de las religiones han demostrado que no es éste siempre el caso, que las «reacciones del hombre ante la Naturaleza» están condicionadas más de una vez por la cultura, es decir, por la Historia.
Pero mayor importancia tiene para nuestro propósito hacer resaltar las notas específicas de la experiencia religiosa, que mostrar sus múltiples variaciones y las diferencias ocasionadas por la Historia. Es un poco como si, para favorecer la mejor comprensión del fenómeno poético, se acudiera a los ejemplos más disparatados, citando, junto a Homero, Virgilio o Dante, poemas hindúes, chinos o mexicanos; es decir, invocando tanto poéticas históricamente solidarias (Homero, Virgilio, Dante) como creaciones hechas conforme a otras estéticas. En los limites de la historia literaria, tales yuxtaposiciones son sospechosas, pero son válidas si lo que se considera es la descripción del fenómeno poético en cuanto tal, si lo que se tiene por propósito es mostrar la diferencia esencial entre el lenguaje poético y el lenguaje utilitario, cotidiano.
LO SAGRADO Y LA HISTORIA.
Nuestro primer propósito es presentar las dimensiones específicas de la experiencia religiosa, resaltar sus diferencias con la experiencia profana del Mundo. No insistiremos en los innumerables condicionamientos que la experiencia religiosa del Mundo ha tenido en el transcurso de los tiempos. Así, es evidente que los simbolismos y los cultos de la Tierra-Madre, de la fecundidad humana y agraria, de la sacralidad de la Mujer, etc., no han podido desarrollarse y constituir un sistema religioso ricamente articulado hasta el descubrimiento de la agricultura; es asimismo evidente que una sociedad pre-agrícola, especializada en la caza, no podía sentir de la misma manera ni con la misma intensidad la sacralidad de la Tierra-Madre. Una diferencia de experiencia es secuela de las diferencias de economía, de cultura y de organización social; en una palabra: de la Historia. Con todo, entre los cazadores nómadas y los agricultores sedentarios subsiste esta similitud de comportamiento, que nos parece infinitamente más importante que sus diferencias: unos y otros viven en un Cosmos sacralizado, participan en una sacralidad cósmica, manifestada tanto en el mundo animal como en el vegetal. No hay más que comparar sus situaciones existenciales con la de un hombre de las sociedades modernas, que vive en un mundo desacralizado, para percatarse inmediatamente de todo lo que separa a este último de los otros. Al mismo tiempo, se capta el lícito fundamento de las comparaciones entre hechos religiosos pertenecientes a culturas diferentes: todos estos hechos dimanan de un mismo comportamiento, el del homo religiosus.
Saint Cloud, Abril 1956.

jueves, 12 de marzo de 2009

GUIA EL HOMBRE Y EL MISTERIO PRIMER BIMESTRE 2009

EI hombre y el misterio

1. EI misterio y los rituales

En nuestras relaciones personales, procuramos guardar las formas, mantenemos ciertas actitudes, comportamientos, palabras, gestos, ves­timenta, etc.
Es lo que conocemos como normas de educación. Esas reglas se cum­plen para agradar a los demás y no molestarles.
Así sucede en acontecimientos colectivos, como un partido de fútbol, un desfile de carnaval o un concierto.
En cada caso se espera que cada uno de los presentes, bien sean participantes, autoridades o público, se comporte de una determinada manera.
De forma semejante, los seres humanos se relacionan con lo misterio­so o lo divino con ciertos comportamientos, gestos y actos. Son lo que en el ámbito religioso se denominan rituales.
El objetivo de los rituales es encontrar un confidente, alguien que le es­cuche y que le sirva de consuelo. Por eso, con frecuencia el hombre con­fía y deposita su esperanza en el poder de esos seres superiores.
Cuando la vida diaria está salpicada por rituales y orientada a lo divino, se dice que tal tipo de vida está marcada por lo religioso.

2. La esperanza y la promesa

Cuando confiamos un secreto a un amigo o le hacemos partícipe de los problemas que nos preocupan, lo hacemos porque sabemos que nos escucha, nos comprende, se solidariza con nosotros y nos ayuda.
El amigo contará desde entonces con nuestro agradecimiento y nues­tro afecto. Así se establece un lazo firme entre ambos.
Pero cuando el problema que nos angustia supera la capacidad huma­na para resolverlo, algunas personas recurren a poderes superiores. Y dirigen a ellos su petición de ayuda esperando una solución.

Es lo que hacen ante el caso de una grave enfermedad o cualquier otra situación desesperada en la que los humanos nada pueden hacer.
El hombre, como contrapartida a lo que pide a ese ser superior, se com­promete a actuar de una determinada manera: trata de establecer con él una «relación de compromiso».
Ese compromiso propiamente significa que se ha hecho una promesa; y que consecuentemente se ha adquirido una obligación. Y no se trata de una obligación simple con un igual sino con un ser superior, con lo que la obligación de cumplirla se hace más firme.
Así se va tejiendo la vida religiosa. Esos gestos de petición, esperanza y promesa, de amor y de temor son lo que forman la llamada experien­cia religiosa. Todo ello se hace más visible en los momentos difíciles.

3. EI misterio y el compromiso
A lo misterioso se le suele llamar divino; y se presenta ante el hombre como algo oculto y secreto.
Ese algo oculto puede manifestarse al hombre solo con una condición: que este le muestre su sometimiento.
Este compromiso le obliga a aceptar la separación entre él y lo divino. En un lado quedará el mundo de lo humano; y, en el otro, el mundo de lo misterioso y divino.
Lo humano es visible y manejable, se puede conocer y cambiar. Por ejemplo, cambiamos el peinado, el vestido, el coche, los libros, afi­ciones, la profesión, los gustos musicales...
Es lo que forma parte de nuestra vida cotidiana. El hombre sabe cómo actuar de forma natural.
Pero lo divino es invisible, extraño y superior y no sabe qué rituales em­plear para acercarse. No puede verlo ni oírlo; e incluso sospecha que tiene poderes destructivos.
Por ese motivo, el ser humano que acepta la existencia de esa divini­dad Intenta un diálogo. Cree y confía en ella. Si se comporta como los dioses quieren, no debe temer nada, está a salvo. Este comportamien­to es un compromiso personal.
4. Los dioses siguen ocultos
Los hombres, como hemos visto, parecen dispuestos a establecer un pacto con los dioses, pero estos se ocultan. Los dioses están ocultos porque pertenecen al mundo del misterio. La inteligencia del ser hu­mano sería incapaz de comprender su naturaleza.
El hombre se los debe imaginar a la vista de las señales con las que se manifiestan. Solo puede aspirar a interpretar esas señales y tratar de representarlos en algún tipo de figura u objeto. Por ello, determinados objetos se convierten en símbolos de la divinidad.
A estos símbolos les atribuyen la misma fuerza que el dios al que re­presentan: los ocho brazos de la diosa Kali, que simbolizan su inmen­so poder de creación y destrucción; el rayo de Zeus, que representa su suprema autoridad; las dos caras del dios Jano, una mira hacia atrás -al pasado- y otra adelante -el presente-; las alas del dios Mercurio, el mensajero veloz de los dioses; las trompetas, que representan a la diosa Fortuna; la balanza de la Justicia, etc.

5. EI momento de la muerte

El hombre primitivo observaba el cuerpo muerto de un miembro del gru­po y comprobaba que no se movía. Aquello que le había permitido mo­verse y realizar actividades había desaparecido. Pensaron que se había ido a otra parte donde no era visible; es decir, se había marchado al lugar en que vivían las divinidades.
Para evitar que aquello que se había separado del cuerpo se volviera contra los demás, intentaban dar un tratamiento adecuado al cadáver.
También recogían los cuerpos de los muertos y los devolvían a la ma­dre Tierra para evitar cualquier tipo de males.




El hombre primitivo sabía que también moriría, tenía conciencia de lo que suponía morir. Y ante esa situación necesitaba todas las ayudas posibles. Durante su vida podía rectificar sus errores, pero ante la muer­te no cabía rectificación. Debía ponerse en mano de los dioses.

Actividades
Explica para qué cumplimos las re­glas de educación.
¿Cuál es el objetivo de los rituales?
Justifica por qué confiamos un secre­to a un amigo o le hacemos partícipe de los problemas que nos preocupan.
Describe cómo se fue tejiendo la vida religiosa entre los primeros seres hu­manos.
Explica el comportamiento del hom­bre ante lo divino o lo humano.
¿En las antiguas religiones por qué se ocultan los dioses?
Aquello que había permitido al cuerpo vivo moverse y realizar actividades ha­bía desaparecido al llegarle la muer­te. Según los primeros seres huma­nos, ¿adonde se había ido?

viernes, 27 de febrero de 2009

GUIA MITO " EL MITO DEL LABERINTO" Para EVALUAR del 9 -13 MARZO

ESTA GUIA SERA TAMBIEN CONTENIDO DE ESTUDIO PARA LA PROXIMA EVALUACION . PEGARLA EN EL CUADERNO DE TEORIA: Se revisara en las Clases.

El Mito del Laberinto:
Una metáfora para la complejidad cognitiva.



Todos sabemos como continúa la leyenda y estamos obviamente al tanto de que escapar no era totalmente imposible: el hilo de Ariadna le permitió a Teseo entrar al laberinto y salir de él vivo después de un último y agitado intercambio de opiniones con el Minotauro. De modo que, cuando el rey Minos aclaró cuentas con Dédalo por su trabajo, además de pagarle la cifra acordada, también lo encerró en el laberinto junto con su hijo Icaro (asegurándose de que no tuvieran rollos de hilo antes de entrar). Sin embargo, el ingenioso arquitecto encontró la manera de escapar por arriba, al crear alas hechas de plumas de pájaros y cera tanto para él como para su hijo. Lamentablemente, como todos sabemos, Icaro voló demasiado cerca del sol y la cera de sus alas se derritió haciendo que el pobre niño se desplomara y colocando así a Dédalo como el primer genio en la historia en tener un hijo de inteligencia inferior (a pesar de disfrutar de la ilustre compañía de nadie mas que Apollo, quien también perdió a su hijo Phaeton de una forma parecida como consecuencia de una indisciplina similar).

El Laberinto como Metáfora de Complejidad Cognitiva

El lenguaje simbólico de la leyenda del laberinto trata un tema de particular importancia para nuestros tiempos: la complejidad y la posibilidad de que sea resuelta por la ciencia.

¿Qué es exactamente un laberinto? Los laberintos son el epítome de una complejidad diseñada (y por lo tanto interpretada) tan sofisticada que la percepción general del objeto diseñado queda opacado. El uso de la racionalidad en ellos genera confusión en vez de aclarar y ofrecen una abundancia de posibilidades (e información) tal que efectivamente logran prevenir la decisión. Hoy en día, la conciencia de la complejidad que nos rodea y nuestra habilidad de guardar, consultar y comparar información a través del uso de herramientas tecnológicas le han creado a la ciencia un problema cuya solución podría afectar la dirección del desarrollo científico del futuro por mucho tiempo. ¿Cómo seleccionar y organizar el increíble exceso de información disponible para poder manejar la complejidad del mundo que nos rodea y extraer los elementos beneficiosos para la investigación cognitiva y curso de acción?

SI los mitos reflejan la tendencia psicológica humana de identificar problemas existenciales y darles valor y significado, y la metáfora es la forma más ingeniosa del intelecto humano para explorar e interpretar lo desconocido, la analogía del laberinto podría llevarnos a considerar varios puntos de interés y estimulación. Ciertamente, el mito del laberinto como metáfora del problema de exceso de información y recursos para interpretar esa información esta cargada con muchas implicaciones. De modo que, dejémonos llevar por un momento para entretenernos tratando de identificar algunas de estas implicaciones.
La Prisión de la Mente

La complejidad del diseño y las casi infinitas rutas posibles que pueden ser recorridas en un laberinto llevan a una perdida de la ubicación y a la inhabilidad de tener una idea clara del ambiente que nos rodea. La gran cantidad de elementos y opciones disponibles logran efectivamente incapacitar al prisionero de comprender y por lo tanto actúa como una especia de prisión mental.

Este aspecto del mito puede estar relacionado con varios elementos cardinales de la teoría de sistemas. De acuerdo con el principio de variedad necesaria, el control de una variedad de resultados requiere que la variedad de opciones alternas sean variadamente simétricas. De modo que, para poder superar la complejidad, el número de herramientas conceptuales a utilizar debe ser igual al número de variables involucradas para determinar el evento en consideración. Por otro lado, los organismos vivos (sistemas abiertos) tienen una capacidad limitada de desarrollar y planear acciones. Similarmente, los seres humanos utilizan una racionalidad limitada para analizar los elementos que se deben tomar en cuenta en el proceso de tomar una decisión. Como consecuencia, la mente humana identifica o define una gran cantidad de elementos conceptuales (información o estructuras relativas, por ejemplo, esquemas interpretativos) para ser considerados simultáneamente y por lo tanto necesita incrementar progresivamente su capacidad de procesar, hasta que eventualmente llega a un punto de saturación en el cual el crecimiento cuantitativo estimula un salto en calidad (como nos hace creer Hegel) cuyo efecto es una perdida de la capacidad de resolver la complejidad del sistema - el área establecida de investigación.

También existe el riesgo de que el tratar de incrementar el proceso lleve a otro salto cualitativo el cual hará que el proceso sea irreversible y prevendrá la sobre-simplificación del esquema de referencia hasta el punto que le permita ser superado. Esto puede ser visto ocasionalmente en sistemas mentales que se llevan más allá del límite de la locura. Interpretando la metáfora del mito desde el punto de vista de lo anterior, la idea de que Dédalo haya sido encarcelado en su propio laberinto simboliza nuestra habilidad de crearnos las mas inexorables prisiones a nosotros mismos.

De modo que, nuestro pensamiento se va a los procesadores de computadores. ¿Cómo podemos dejar de verlos como un medio para incrementar la cantidad de información que puede manejar la mente humana? Sin embargo, esta creencia esta plagada de peligros escondidos. En comparación a los procesadores electrónicos, la capacidad de la mente humana de procesar información es minúscula en cuanto a cantidad, pero mucho mayor en cuanto a calidad. Ambas pueden archivar, consultar, comparar, y seleccionar información, pero solo la mente humana –por lo menos hasta ahora - es capaz de relacionar dicha información, evaluarla, interpretarla, y proponer hipótesis y soluciones basadas en ella. La solución de la complejidad no puede ser entendida como solo la capacidad de expandir el uso de procesadores. El problema esta en la estrategia, en los puntos de vista, en las evaluaciones y en las decisiones que solo pueden ser el resultado de la mente humana.

Escapando el Laberinto

Ubicarse dentro del laberinto y escapar del él no es imposible. Es más, la leyenda griega del laberinto ofrece al parecer dos métodos distintos: el de el hilo de Ariana (empírico intuitivo) y el vuelo de Dédalo (pensamiento lateral). Sin embargo, ambos métodos tienen algo en común. Ambos se basan en variables de la estructura conceptual del mapa.

El método de Ariana no es más que una forma elemental y pragmática (similar a la que se encuentra en el cuento de hadas Pulgarcito) de señalar el camino de una manera visible y hacerlo evidente, como si estuviera resaltado gráficamente en un mapa.

El vuelo de Dédalo e Icaro introduce una dimensión vertical (intuición “creativa”) a la complejidad bidimensional del laberinto, una variable nueva sin excesiva complejidad que ofrece una salida fácil, pero que (también) supone una reducción drástica de la complejidad percibida del laberinto a través de una síntesis visual global –casi sistemática- practicada desde arriba (Dédalo podía tener una idea general de la estructura del laberinto y podía moverse en la dirección que quisiera). Una vez más, este es uno de los rasgos más característicos de un mapa.

Un mapa es una interpretación de la realidad que esta conceptualmente simplificada. El mito explica que un prisionero puede escapar la complejidad del laberinto utilizando una herramienta diseñada para simplificar la percepción mental de su estructura.

Hasta cierto punto esto es una consecuencia directa de lo que hemos notado. Un exceso de información o su estructura conceptual previenen la generación de una visualización mental a través de la cual el problema puede ser resuelto. De este modo, la respuesta al problema solo puede ser encontrada a través de la simplificación del modelo mental de referencia. Desde el advenimiento del pensamiento Cartesiano y la ciencia moderna (quizás, a un nivel empírico, desde el principio de la humanidad), la capacidad de la mente humana de dominar la realidad ha estado basada en la simplificación de la realidad percibida a través de modelos mentales que le atribuyen significado y ese significado provee después el criterio necesario para actuar. De modo que, la mente humana crea mapas mentales de la complejidad utilizando símbolos conceptuales para incrementar las formas en las que puede ser simplificado, haciendo uso de la intuición sintética y del análisis racional. La racionalidad humana necesita reducir la complejidad (a falta de mas nada recurriendo a mitos o elementos de fe) para evitar ahogarse en ella.

Sin embargo, mientras más compleja sea la realidad considerada, más sofisticado debe ser el modelo y más exigentes y racionales las estructuras necesarias para mantener un control coherente de las complejidades introducidas. Mientras más complejo sea el esquema mental, más riesgo hay de que surja una nueva situación de desorientación. Y mientras más desorientación, mayor es la necesidad de simplificar. La polémica entre la complejidad y la simplificación ha sido un rasgo constante de la historia del pensamiento y el progreso humano.


Mas allá del Mapa

A pesar de que la complejidad simplificada de un “mapa conceptual” puede ser percibida fácilmente por el cerebro humano, no deja de tener ciertas limitaciones.

Un modelo conceptual ilustra la arquitectura general de un sistema y las conexiones que hay entre sus distintas partes, pero no los detalles de su contenido. Le permite a la mente humana entender cómo y por donde moverse a amplio espectro para poder encontrar (o buscar) algo que sabe (o que razonablemente cree) que va a encontrar. Pero, si queremos indagar en algo cuya existencia no es segura, solo una conciencia analítica y detallada de la realidad en cuestión puede ayudarnos. Un mapa solo puede captar realidades artificiales de acuerdo con un criterio racional y sistemático. Cada entidad esta ordenada de acuerdo con un criterio establecido (como lo están las entidades de complejos arquitectónicos planeados como fabricas, hoteles, y centros comerciales, a veces hasta distritos urbanos enteros o ciudades, así como también construcciones conceptuales más imperceptibles como lo son estructuras de organización y clasificaciones científicas). Sin embargo, comparado a la complejidad al natural, un mapa solo puede dar una representación de las características que han sido elegidas específicamente para ser incluidas. Es un hecho que, si el mapa incluyera todo, seria igual de o inclusive más complejo que la realidad que pretende representar.

Solo una conciencia capilar de la realidad (o el sistema) de referencia permite investigaciones, evaluaciones y acciones efectivas. Solo la experiencia directa de la vida en cualquier ambiente –un bosque o un suburbio de una ciudad- nos permite actuar dentro del él, dejándonos saber a quién o qué nos podemos encontrar o buscar en un lugar o el otro, cómo será esa cosa o persona y cuales son nuestros chances de éxito en su búsqueda.

¿Puede cualquier representación conceptual ofrecer un modelo de referencia para este propósito? Quizás un “modelo inteligente” que resalte selectivamente –a través de diferentes representaciones- la información guardada en un solo ambiente de una manera muy parecida a la de un mapa de territorio que puede ser representado de distintas formas a través de mapas orográficos, hidrográficos, estadísticos, geológicos o demográficos, puede ser la respuesta. La información puede ser accesible en cualquier momento de acuerdo con los deseos del usuario de la misma manera que los textos de una computadora pueden ser accesados con un comando.

La creación de modelos de este tipo requiere de (y confía en) una persona que realice un análisis extremadamente detallado de los distintos ambientes y luego inserte la información al modelo. Sin embargo, sigue dejando el problema más delicado sin resolver: cómo seleccionar y evaluar el exceso de información disponible y generada por el análisis que puede ser utilizada.

En lo que concierne la selección, la cantidad de información disponible hoy en día es tan copiosa que no puede ser utilizada sin ser preseleccionada primero; podríamos pasarnos el resto de nuestras vidas estudiando información acerca de una determinada materia, sin lograr terminar nunca de leerla toda. Lo que es más, el proceso de selección se ve amenazado por un peligro escondido: la selección de los elementos que caracterizan un contexto (y que son utilizados para crear el modelo que luego generara otros conceptos) influye fundamentalmente en las conclusiones a las que se llegaran, las evaluaciones que se harán y por consecuencia las estrategias que se van a tomar. Una metodología que asegure la elección correcta es esencial.

La evaluación, por otro lado, requiere del establecimiento de relaciones y nexos, la formulación de interpretaciones e hipótesis, que son exclusividad del proceso de reflexión de la mente humana. ¿Cómo puede la mente unificar la cantidad de información que se necesita y se pueda necesitar para el éxito del proceso de reflexión?

El exceso de complejidad – y el mito del laberinto – esta constantemente presente como un obstáculo a ser superado.

Conclusión

El mito del laberinto sugiere que aunque el escape de la prisión de la complejidad es posible, el dominio (o uso) de la complejidad de un modo que no aprisione, no lo es. El reto para la ciencia moderna es probar que el mito esta errado.

Para hacer esto, dos problemas fundamentales deben ser afrontados.

El primer problema se refiere a la inhabilidad de la mente humana de orientarse dentro de un exceso de información y complejidad y estructuras de organización. Perderse en la complejidad o sumergirse en miles de detalles hace que la correlación e integración sean imposibles y como consecuencia afecta nuestra capacidad de sintetizar e innovar. Esto puede ser superado a través de la creación de estrategias innovadoras que exploten las posibilidades ofrecidas por los recientes avances de IT.

Obviamente, será necesario desarrollar nuevos esquemas cognitivos que permitan una ampliación de horizontes de la conciencia humana y reduzcan los elementos irrelevantes y que parezcan mutuamente extrínsecos y aun contradictorios dentro de un esquema común. Esto se puede lograr a través del estudio y el análisis de los modelos, constantes, nexos, y relaciones funcionales que caracterizan y regulan la interacción entre las variables de un sistema complejo y que constituyen un fondo de investigación amplio y fascinante. Los resultados de esta investigación (esquemas dinámicos y matemáticos, criterios de medición, etc.) pueden ser utilizados para un nuevo enfoque del análisis de casos de estudios verdaderos y apropiados.

El otro problema, relacionado e igualmente esencial, se refiere a nuestra habilidad de reducir la cantidad de información a ser considerada basándose en su relevancia y confiabilidad.

En este caso nos agobian peligros opuestos: el derrochable y utópico mito de que la conciencia crítica coincide con la revisión exhaustiva de información, y la técnica de manipulación que distorsiona de seleccionar la información de acuerdo con la hipótesis que se persigue. El objetivo de la diseminación de información relevante y verdadera dentro de la comunidad científica así como en el público en general es vital. Necesitamos saber como concebir y desarrollar una selección de investigación válida y criterios de recombination, modelos y formas que lleven a una respuesta satisfactoria en lugar de confusa dentro de la inmensa y creciente cantidad de información disponible y accesible.

Nuestra habilidad de aportar soluciones a estos problemas y la manera en la que serán identificados tendrán un efecto significativo en la forma en la que la ciencia avance al comienzo del tercer milenio.

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El contenido de este artículo fue publicado inicialmente por el autor en Italiano bajo el Titulo: “Il mito del laberinto come metáfora della complexita cognitiva” en SL-Rivista di Organizzazione, 1995/4.