domingo, 19 de abril de 2009

GUIA DE ESTUDIO N. 1 POLITEISMO Y LOS GRIEGOS



http://www.portalplanetasedna.com.ar/mitologia_griega1.htm ANTES DE COMENZAR ENTRA AQUI. "VISITA A LOS GRIEGOS" Sobre esta visita se evaluara.


INTRODUCCION
EI animismo

En primer lugar, se otorgó alma a los objetos y a las fuerzas de la natu­raleza, y así fueron naciendo las religiones animistas.
El animismo, en vez de creer en unas fuerzas naturales amorfas y difu­sas, cree en seres sobrenaturales o espíritus, que se materializan so­bre todo en los objetos animados.
Las religiones animistas admiten lo divino como fuente de vida y como ordenador del universo, pero impersonal. Lo divino se va concretando en distintas divinidades representadas en forma de ídolos, fetiches o tótems.
Tanto la naturaleza en general como cada uno de sus elementos, están animados, tienen vida, poseen un alma. La vida y la muerte son muy im­portantes dentro de los ciclos de la naturaleza. Se suceden de la mis­ma manera que el día reemplaza a la noche o que una estación sigue a la precedente.
De ahí que, entre los animistas, la muerte no tenga la consideración de separación definitiva, sino de un momento del proceso; y consecuente­mente sientan una especial veneración hacia los antepasados.
Estas primeras formas religiosas surgieron en los albores de la huma­nidad y ya desaparecieron. Perviven, sin embargo, formas similares en reducidos grupos de América, Oceanía, Asia y África.

El politeísmo
Posteriormente, las fuerzas de la naturaleza se fueron concretando e imaginaron que cada una de ellas era una divinidad con funciones dis­tintas y nombres diferentes. Así nacieron los politeísmos.
Hay que advertir que el politeísmo no exige adorar necesariamente a to­dos los dioses. Cada dios tiene su función y se le honra solamente cuando se necesita su ayuda o se le agradece algo.
Son muchos los ejemplos de la diversidad de dioses y de poderes. Bas­te señalar como ejemplo que en la mitología mesopotámica se venera­ba a dioses que protegían asuntos tan dispares como: el aire, el amor, las artes de escribir, las cañas, el cielo, el clima, la tierra, la fertilidad, los ríos y canales, la vegetación, la justicia, el nacimiento, etc.
Como resultado de ese proceso, surgió la individualización: cada una de esas fuerzas difusas puede ser representada por un dios.
A partir de ese momento, aparece, casi espontáneamente, una espe-cialización de las divinidades.
Los dioses y sus funciones
Cuando tenemos una enfermedad localizada, acudimos al médico es­pecialista en la dolencia que padecemos: oculista, dentista, cardiólo­go... Del mismo modo, el politeísmo exige un dios para cada tarea y circunstancia. Así, había dioses para cada clan, grupo, pueblo, oficio, casa, etc.; y eso exigía una variedad de ritos, de cultos y de lugares sa­grados.
Hace cuatro mil años se podían contabilizar en la India hasta varios mi­llones de dioses, según cuenta un antiguo relato religioso.
Hay que añadir que, en el politeísmo, el culto a un determinado dios po­día perder seguidores. Si los fieles creían que no satisfacía sus nece­sidades, lo sustituían sin más por el culto a otro que consideraban más efectivo.
Ello se debía a que la relación con los dioses se reducía a una especie de intercambio: te doy para que me des (al dios benefactor); o te doy pa­ra que te alejes (al dios maligno o infernal).

Los nombres de los dioses
Asombrado ante los fenómenos de la naturaleza, quizá en un primer mo­mento el hombre se refería a ellos tratando de imitarlos con sonidos; pero probablemente con el paso del tiempo los quiso concretar un po­co más y los imaginó como seres extramundanos.
El paso siguiente sería otorgarles un nombre para identificar a cada uno de ellos y diferenciarlos de los demás. Esto es lo que sucedió con el true­no, el agua, el viento, el rayo, el fuego, etc. A partir de ese momento, ya I habían surgido los dioses -el politeísmo- en la vida de los Para realizar esa función, estaban los dos dioses de inferior categoría. Con el fin de lograr un equilibrio entre ellos, se les atribuían tareas com­plementarias, contrapuestas pero necesarias. Ejemplos de estas tría­das son: Brahma con Visnú y Shiva, en la India; Júpiter, con Juno y Mi­nerva, en Roma, etc.
Ya en la más remota Antigüedad se adoró a la tríada formada por el Sol con la Tierra y la Luna.

Los dioses de la casa y de la ciudad
Entre todos esos dioses es preciso señalar esta distinción importante: la multiplicidad de los dioses del politeísmo permitía separar, por un la­do, a los dioses de la ciudad y del Estado; y por otra, a los dioses de la casa y de la naturaleza.
Había dioses encargados de la protección de la casa y de todo lo que a ella se refería: economía, alimento, salud, nacimientos, defunciones, cuidado, seguridad, etc.
Estos dioses menores requerían sus ritos y ofrendas para tenerlos a su favor. El padre de familia era el que solía ejercer como sacerdote natu­ral de la casa.
Un ejemplo de ello, entre otros muchos, era el de los dioses domésticos de griegos y romanos.

Los dioses especializados
Entre las individualizaciones de los dioses que nos ofrece el politeísmo, parece que se da en todas las culturas una repetición de los principa­les dioses. Ello se debe a que las necesidades generales de los hom­bres suelen ser las mismas en todas las latitudes.
De hecho, en casi todas las culturas encontramos algo semejante a un clan de los llamados dioses mayores. Una prueba de ello es que, cuan­do una cultura decaía y su puesto era ocupado por otra, los dioses de la nueva asumían las funciones de los de la anterior. Simplemente, cambiaban los nombres y los ritos y cultos que se les dedicaban.
Generalmente, había siempre un dios de la guerra y otro del amor; un dios de la agricultura y otro dedicado a la ganadería; un dios protector de los mares y navegantes; otro al que se dirigían los comerciantes; etc.
Muy por debajo de estos dioses, estaban los llamados dioses menores.
Y para cerrar el conjunto de divinidades conviene citar también a otros seres extraordinarios. Se trata de animales extraños, producto de la fantasía, como, por ejemplo, la esfinge de la mitología griega. Era un monstruo con cabeza y pechos de mujer, cuerpo de león y alas de ave; con ella se quería representar a la sabiduría.
Y, cómo no, también inofensivos animales protectores de los desvalidos y menesterosos que andaban por los caminos.
En el cuadro podemos ver cómo los principales dioses romanos, con diferentes nombres, asumen las funciones de sus predecesores griegos.

ACTIVIDAD A TRABAJAR SE DIJO : BUSCA Y SEÑALA EN EUN CUADRO COMPARATIVO CUAL ES EL dIOS GRIEGO Y ROMANO Y SU FUNCION

Zeus

Júpiter

Dios padre

Apolo

Febo

Dios del Sol

Artemisa

Diana

Diosa de la Luna

Asclepios

Esculapio

Dios de la medicina

pionisos

Baco

Dios de la vendimia

Hades

Plutón

Dios de los infiernos

Hefestos

Vulcano

Dios del fuego

Mermes

Mercurio

Dios de la elocuencia y comercio

Moiras

Parcas

Diosas que rigen el destino

Perséfone

Proserpina

Diosa de los infiernos

Poseidón •

Neptuno

Dios de los mares

Ares

Marte

Dios de la guerra

Erinias

Furias

Diosas de la venganza

Afrodita

Venus

Diosa del amor


Actividades: RESPONDA ESTAS PREGUNTAS SEGÚN LA ANTERIOR GUIA N.1
1. ¿Tiene algo que ver la jerarquía de los dioses con la sociedad a la que perte­necen?
2. ¿Cuál era la organización jerárquica más común en las sociedades poli­teístas?
3. ¿A quién correspondía en la tríada la misión de relacionarse con los morta­les?
4. ¿Quién ejercía la autoridad religiosa en una casa?
5. Identifica el nombre que, según fuesen griegos o romanos, adquirían los dio­ses de la guerra, del amor, del fuego, de los mares, de los comerciantes y de la medicina.
Describe cómo era la esfinge de la mi­tología griega.



GUIA N: 2 Grecia, los dioses del Olimpo

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VISITA:

1. La vida en Atenas.

2. La peste en Atenas.

3. La medicina Griega.

4. Guerra de Peloponeso.

5. Vida en Esparta.

6. Leyendas Griegas.


Punto de partida
Grecia está situada al sur de Europa, a orillas del mar Medi­terráneo. La civilización occidental tiene sus raíces en la cultu­ra griega. Los griegos eran politeístas y crearon los mitos para explicar lo que les rodeaba. Sus dioses, que vivían en el mon­te Olimpo, tenían forma humana, personificaban las pasiones humanas y actuaban como seres humanos por ira, por vengan­za, por celos y por amor.

En la ciudad de Olimpia, los griegos celebraban grandes fiestas en honor del padre de los dioses, y hasta hoy nos han llegado sus famosos Juegos Olímpicos.
Además de los dioses, la mitología hace referencia a otros se-midioses, como, por ejemplo, las ninfas que habitaban en los bosques, fuentes y praderas. Existieron también otros seres, co­mo las amazonas, que formaron un pueblo de mujeres guerreras.

Esta guía pretende responder a las siguientes preguntas:
Los mitos son relatos que tratan de explicar ciertos acontecimientos y costumbres de los pueblos.
1. ¿Qué diferencia hay entre la explicación mítica y la explicación histórica? Da las razones de una y otra.
El mundo griego clásico nos ha dejado numerosos ejemplos arquitectónicos en honor de sus dioses. El Partenón ha quedado como uno de los símbolos más representativos de la religiosidad
2. ¿Conoces algunos templos griegos y su localización?
Hay muchos nombres que aparecen en la mitología griega que han llegado a nuestra cultura.
3. En castellano existen nombres como ninfa, amazonas, Cupido, pías, Adonis. ¿Conoces su significado?
Según los griegos, los dioses vivían en el monte Olimpo, que consideraba como un lugar inaccesible para los mortales.
4. ¿Por qué las divinidades siempre se sitúan en lugares inaccesibles para las personas?