miércoles, 13 de mayo de 2009

RESUMEN HINDUISMO

RESUMEN
1. ¿Cuándo nace el hinduismo? El hinduismo surge aproximadamente hacia el 1.500 a. C., fruto de la fusión de las culturas y religiones de la India con las de los pueblos arios que llegaron.
2. ¿Cuáles son sus libros sagrados? Los grandes textos sagrados de los hindúes son los Vedas (divididos en cuatro secciones); después, los Brahmana (comentarios a los himnos védicos), los Upanishads (cuerpo doctrinal) y los Kalpasutra (sobre el culto).
3. ¿A qué dios veneran los hindúes? Los hindúes veneran una larga lista de dioses, cuyo nivel más alto se centra en torno al Brahmán único. Distinguimos un periodo védico, en el que se venera a Mitra, Agni, Varuna e Indra. En la etapa brahmánica posterior se venera a Brahman (el creador), Visnú (el que restablece y conserva el orden cósmico) y a Siva (el que destruye lo deteriorado para crear de nuevo).
4. ¿Qué normas morales tienen los hindúes? El hindú tiene que respetar 3 leyes fundamentales: la ley de castas (brahmanes, guerreros, trabajadores, esclavos y parias); la ley de los estados de la vida (estudiante, jefe de familia, eremita y religioso errante); y la ley del comportamiento individual (pureza, autodominio, veracidad y no violencia).
5. ¿Creen en el más allá? Los hindúes creen en la reencarnación. Buscan la purificación final y total que libere al ser humano de la sucesión de reencarnaciones, mediante la acción correcta, el conocimiento y la devoción.

GUIA ESTUDIO HINDUISMO

1. INTRODUCCIÓN
Hinduismo, religión sin fundador, ni grandes profetas, ni credo, ni forma institucional organizada. Es originaria de la India donde la mayoría de sus habitantes sigue profesándola en la actualidad. También es practicada por las familias que han emigrado desde dicho país hacia el resto del mundo (en especial al sur y este de África, al sureste y este de Asia y a Europa). El término hindú deriva de la palabra sánscrita sindhu ('río', de forma más explícita el río Indo); durante el siglo V a.C., los persas utilizaban ese nombre para referirse a aquellos que vivían en las tierras del Indo. Los hindúes se definen a sí mismos como “aquellos que creen en los Veda ('conocimiento'), denominación que recibe el conjunto de los escritos sagrados más antiguos del hinduismo, ” o “aquellos que siguen los cuatro tipos (varnas) de caminos (dharma) y etapas de la vida (ashramas)”.
El hinduismo es una de las religiones más extendidas e importantes del mundo, no sólo por su número de fieles (estimados en más de 700 millones de individuos), sino también por la profunda influencia que ha ejercido en muchas otras religiones durante su larga e ininterrumpida historia, que comenzó más o menos en el 1500 a.C.
Es preciso destacar igualmente la correspondiente influencia que el hinduismo ha recibido de esas otras religiones (el hinduismo posee una extraordinaria capacidad para absorber e integrar elementos foráneos). Esto ha contribuido de forma notable al sincretismo de la religión y a la asimilación de una gran variedad de creencias y prácticas religiosas. Es más, las bases geográficas, más que las puramente religiosas (que consisten en todo lo que el pueblo de la India ha creído y ha hecho), le han otorgado el carácter de sistema doctrinal y social que se extiende a todos los aspectos de la vida humana.
2. PRINCIPIOS FUNDAMENTALES
Las normas o cánones del hinduismo se definen en relación con lo que las personas hacen, más que con lo que piensan. Por consiguiente, en el seno del hinduismo se encuentra una mayor uniformidad de acción que de creencias, a pesar de que hay muy pocas creencias o prácticas que son compartidas por todos. La mayoría de los hindúes cantan el himno del gayatri al amanecer, pero casi no existe acuerdo sobre qué otras oraciones deben ser pronunciadas. Muchos hindúes veneran a Siva, Visnú y la diosa Devi, pero también adoran a centenares de deidades menores, propias de ciertos poblados o incluso familiares. Hay prácticas que observan casi todos, como son el reverenciar a los brahmanes y a las vacas, la prohibición de comer carne (en especial la de vacuno) y el contraer matrimonio sólo con un miembro de la misma casta (jati) con la esperanza de tener un heredero varón.
A pesar de que los hindúes tienen creencias y prácticas que parecen contradictorias (no sólo con respecto al resto del mundo sino también dentro de su misma religión y de su vivir cotidiano), cada individuo percibe un modelo que ha de seguir y que confiere orden y sentido a su vida. En el hinduismo no existe una jerarquía doctrinal ni eclesiástica, pero la complicada estratificación social, inseparable de la religión, da a cada persona la sensación de ocupar una posición dentro de este enorme grupo humano.
2.1 Textos
La última autoridad canónica para todos los hindúes son los cuatro Veda. Entre ellos el más antiguo es el Rig-Veda, escrito en una de las formas más antiguas de la lengua sánscrita del noroeste de la India. Este texto fue escrito entre el 1300 y el 1000 a.C. y consta de 1.028 himnos dedicados a un panteón de dioses; ha sido memorizado sílaba por sílaba, conservándose de esta forma hasta la actualidad. Al Rig-Veda le fueron agregados otros dos Veda, el Yajur-Veda (el libro del sacrificio) y el Sama-Veda (contiene los himnos).
Los Veda (dentro de los que se incluyen los Brahmana y los Upanisad) son considerados las normas reveladas (shruti, 'lo que ha sido oído de los dioses'), y no pueden ser alterados ni siquiera en una sílaba. Sin embargo, la mayoría de los hindúes desconoce en la actualidad el contenido de estas normas.
2.2 Filosofía
Dentro de su rica literatura, el hinduismo incorpora una cosmología muy compleja. Los hindúes creen que el Universo es una gran esfera cerrada, un huevo cósmico dentro del cual hay muchos cielos concéntricos, infiernos, océanos y continentes, y que la India está en medio de todos ellos. Creen que el tiempo es a la vez degenerativo (desde la época dorada o Krita Yuga, a través de dos periodos en los que el bien decayó gradualmente, hasta los tiempos actuales o Kali Yuga) y cíclico: al final de cada Kali Yuga el Universo es destruido por el fuego y las inundaciones, comenzando así una nueva época dorada.
La vida humana también es cíclica: después de morir, el alma deja el cuerpo y renace en el cuerpo de otra persona, animal, vegetal o mineral. Este imparable proceso se llama samsara. La calidad de la reencarnación viene determinada por el mérito o la falta de méritos que haya acumulado cada persona como resultado de su actuar o karma, de lo que el alma haya realizado en su vida o vidas pasadas. Todos los hindúes creen que el karma funciona así; sin embargo, también piensan que esto se puede contrapesar con la práctica de la expiación y de rituales (ejercitándose a través del castigo o de la recompensa), logrando así aminorar o hacer más fácil (moksha) todo el proceso del samsara, previa renuncia a todos los deseos terrenales.
A los hindúes se les divide en dos grupos: quienes buscan las recompensas sagradas y profanas de este mundo (salud, dinero, hijos y una buena reencarnación) y los que buscan liberarse del mundo.
Los principios del primer sistema de vida fueron extraídos de los Veda y hoy en día están representados en los templos hindúes, en la religión de los brahmanes y en el sistema de castas.
Los tres ashramas originales eran el estudiante casto (brahmachari), el amo de casa (grihastha) y el habitante del bosque (vanaprastha). Se decía que tenían tres deudas o deberes: estudiar los Veda (esto se lo debían a los sabios), un hijo (a los ancestros) y sacrificarse (deuda que tenían con los dioses). Las tres metas u objetivos eran el artha (éxito en cuanto a bienes materiales), dharma (recto comportamiento social) y kama (placeres sensuales).
2.3 Dioses
A pesar de que los hindúes reconocen la existencia e importancia de muchos dioses y semidioses, la mayoría de los fieles son, en primer lugar, devotos de un solo dios o diosa; entre éstos, los más populares son Siva, Visnú y la Diosa (Devi).
Siva encarna los aspectos aparentemente contradictorios del dios de los ascetas y del dios fálico. Es la deidad de los que han renunciado, en especial de las muchas sectas que lo imitan: kapalikas, que llevan calaveras para reconstruir el mito en el que Siva decapita a su padre, el incestuoso Brahma, y es condenado a llevar su calavera hasta que consigue ponerle fin al castigo, en Benarés; pashupatas, seguidores del culto a Siva Pashupati, Señor de las bestias, y aghoris, “para quien nada es horrible”, yoguis que comen inmundicias o carne cruda, con el fin de demostrar que son totalmente indiferentes ante el placer o el dolor. Siva también es la deidad cuyo símbolo fálico (linga) constituye el punto central y sacrosanto de todos los templos dedicados a él y de todos los hogares de sus adoradores; se dice que su priapismo fue el resultado de su castración, con el consecuente culto de su símbolo fálico sin cuerpo. Además de esto, se dice que Siva se habría hecho presente en la Tierra bajo distintas formas humanas, animales y vegetales, estableciendo muchos santuarios locales.
Visnú es adorado como un dios que está en todas partes (dios supremo para sus adoradores), el dios de cuyo ombligo brotó una flor de loto, dando a luz al creador (Brahma). Visnú creó el Universo, separando el cielo de la tierra; más adelante, y en muchas ocasiones, tuvo que ayudarlo a sobrevivir. También se le adora bajo la forma de muchos avatares, dioses que descienden al mundo (o encarnaciones, en un sentido aproximado). Muchos de ellos son animales que suelen aparecer en la iconografía hindú: el pez, la tortuga y el cerdo. Otros son los enanos Vamana (quienes se transformaron en un gigante para engañar a Bali, el demonio, y expulsarlo así del Universo); el hombre león Narasimha (que destripó al demonio Hiranyakashipu); el Buda (que se encarnó con el fin de enseñarles una doctrina falsa a los demonios piadosos); Rama con un hacha (Parashurama, que decapitó a su madre porque no era casta, matando luego a toda la clase de los Kshatriyas para vengar a su padre); y Kalki (el jinete del caballo blanco, que vendrá a destruir el Universo al final de la era de Kali). Pero, con diferencia, los más populares son Rama (el héroe del Ramayana), y Krishna (héroe del Mahabharata y del Bhagavata-Purana). Se dice que ambos son encarnaciones de Visnú, a pesar de que en un comienzo fueron héroes humanos.
Junto a estos dos grandes dioses masculinos, hay muchas diosas objeto de profunda devoción. A veces se dice que constituyen los distintos aspectos de la Diosa,
Devi. En algunos mitos, Devi es la primera que propone el movimiento, la acción, liderando el grupo de dioses masculinos para que realicen las labores de creación y de destrucción.
2.4 Culto y ritos
Desde el más importante hasta el menos trascendente de los dioses hindúes es objeto de veneración tanto en ceremonias públicas como en el ámbito de la intimidad familiar. Dadas las bases sociales del hinduismo, los actos más importantes son aquellos en los que se incluyen ritos de paso (samskaras), como son el nacimiento y cuando el niño come por primera vez comida sólida (arroz). Entre los ritos que vienen a continuación, se incluye el primer corte de pelo (para un niño) y la purificación después de la primera menstruación (para una niña), el matrimonio, y la bendición para las embarazadas, para que tengan un hijo varón y para asegurar así un parto sin dificultades y que el niño sobreviva los seis primeros días después del nacimiento, que son los más peligrosos (para lo cual se encomiendan a Shashti, la diosa del Seis).
Las últimas ceremonias son las de la muerte (cremación y, si es posible, que las cenizas sean esparcidas por el Ganges, el río sagrado) y la ofrenda anual a los antepasados muertos. De estos últimos, el más notable es el del pinda, una bola de arroz y de semillas de sésamo que entrega el hijo mayor del difunto, para que el fantasma de su padre pueda salir del limbo y renacer.
Como parte del ritual diario (por lo general realizado por la esposa, quien se supone tiene más poder para interceder ante los dioses), los hindúes ofrecen (puja) frutas y flores ante un pequeño altar instalado en la vivienda.
También ella se ocupa de hacer ofrendas a serpientes locales, árboles o a espíritus oscuros (benevolentes y malévolos) que moran en su propio jardín, en cruces de caminos o en otros sitios del pueblo considerados mágicos. Muchos poblados y ciudades de diferentes tamaños tienen templos donde los sacerdotes celebran ceremonias durante todo el día: rezan al amanecer y emiten ciertos tipos de sonidos para despertar al dios que es santo entre los santos (la garbagriha o casa matriz); lavan, visten y abanican al dios, lo alimentan y distribuyen los restos de la comida (prasada) entre sus fieles.
El templo también constituye un centro cultural donde se cantan canciones, se leen los textos sagrados en voz alta (tanto en sánscrito como en lengua común) y se celebran rituales al anochecer. A los laicos se les permite estar presentes en la mayoría de las ceremonias. En muchos templos, en especial en los que están dedicados a diosas (como el templo a Kali, el Kalighat en Calcuta) y en ciertas ocasiones especiales, se sacrifican cabras.
Muchos lugares sagrados o santuarios, como el de Rishikesh en el Himalaya o el de Benarés en el Ganges, son objeto del peregrinaje de fieles procedentes de todas las zonas de la India; otros no son más que santuarios locales. Ciertos lugares sagrados se visitan más que otros, según los festivales especiales que se celebren en él durante el año. Por ejemplo Prayaga (el lugar donde se unen los ríos Ganges y Yamuna en Allahābād) es siempre sagrado, pero cada mes de enero se llena de peregrinos durante el festival de Kumbha Mela, y llega a saturarse con los millones de visitantes que asisten a la ceremonia especial que se celebra cada 12 años. En Bengala, la visita que hace la diosa Durga a su familia y luego su retorno al lado de Siva, su marido, se celebra cada año en Durgapuja.
Se reproducen imágenes de la diosa en papel maché, figuras a las que se les rinde culto por diez días, y que más tarde, en una dramática ceremonia que se celebra a medianoche, son arrojadas al Ganges.
Todo esto va acompañado del retumbar de tambores y la luz de las velas. Algunos festivales se celebran en toda la India: Dīvālī, el festival de las luces a comienzos del invierno, y Holi, el carnaval de la primavera, en el que los diferentes miembros de todas las castas se mezclan, sueltan sus cabellos y se mojan unos a otros con cascadas de polvo rojo y agua, lo que probablemente simboliza la sangre que quizás utilizaban siglos atrás.

( Bibliografía) Les Chretiens et les grandes religions. Jean Joncheray. Ed. Droguet & Ardant. 1997. Historia y cultura de las religiones 3. Ed. ANAYA )